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José Molins
Domingo, 26 de julio 2015, 22:05
Desde que el Levante cruzó por la cuerda floja para evitar la desaparición en 2008, todos los fichajes han seguido un mismo patrón, que llegaran a coste cero. Sin dinero en la caja, no había otra opción, y ni siquiera esa política cambió con el crecimiento en Primera división, salvo contadas excepciones en traspasos de cantidades casi ridículas como los de Pedro López o Keylor Navas, por unos 200.000 euros. Pero la nueva realidad cambia el panorama. La firma del nuevo contrato de televisión y la posible venta del club a Robert Sarver permite al conjunto granota asumir fichas más altas y, por fin, pagar traspasos como el del brasileño Deyverson, de 1,8 millones de euros.
Los nuevos derechos de retransmisión adquiridos por Telefónica proporcionarán al club diez millones extra en ingresos, para un total de 30 (aunque Quico Catalán espera que esa cifra sea aún más alta), como mínimo un tercio más que el año pasado y más del doble de sus primeras campañas en la máxima categoría, cuando se tuvieron que hacer malabarismos para construir una plantilla competitiva. En la entidad de Orriols argumentan que esta es la única base para apostar por refuerzos más caros, ya que la llegada de Sarver no está aprobada aún por los patronos y por tanto contar con ello sería hipotecar el futuro.
Pero si mañana se da luz verde a la venta en la Fundación, la unión de estos dos factores, televisión más nuevo dueño, conducirá al Levante a una nueva realidad mucho más ambiciosa que hasta ahora. No obstante, todos en la entidad saben que no hay que despegar los pies del suelo y que el equipo granota nunca podrá aspirar a las grandes estrellas, pero sí a jugadores de mayor nivel que garanticen un importante salto de calidad, con el objetivo de abandonar los puestos cercanos al descenso y situarse en la zona templada con vistas a regresar a Europa.
Es cierto que el resto de clubes de Primera también van a ver cómo aumenta su presupuesto gracias a la televisión, pero el Levante tiene un valor añadido. La entrada de Sarver eliminará la deuda de un plumazo (30 millones) para dejarla a cero, y sin esa pesada losa a rastras, más parte de los nuevos beneficios podrán ir destinados a fichajes.
Hasta ahora el club ha tenido que dejar escapar muchos jugadores por criterios económicos, ya fuera porque no llegaba a pagar un traspaso o porque otros equipos le daban una mayor ficha. Una situación que, dentro de los parámetros que la nueva realidad permita, ahora va a cambiar y desde luego ya no se escaparán tantos.
Aunque hay que tener en cuenta que hasta el mercado de enero no se podrán ver los primeros resultados, ya que los trámites burocráticos impedirán hacer efectiva la venta a Sarver (siempre que la Fundación lo apruebe) antes de octubre. Aún así, en este verano el club ya trabaja con los millones de Telefónica bajo el brazo, como demuestra la operación Deyverson, que supondría el cuarto fichaje más caro de la historia del club. Manolo Salvador siempre ha dejado claro que el mayor esfuerzo económico llegaría en la delantera, aunque ahora sus grandes prioridades se centran en la defensa, sin margen de error, como él mismo ha reconocido, para evitar problemas como los vividos la temporada pasada. Al menos, el director deportivo ya tiene un importante colchón para fichar a dos centrales de garantías.
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