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Los patronos de la Fundación, en la reunión de ayer. :: irene marsilla
El Levante cierra la puerta a Sarver

El Levante cierra la puerta a Sarver

Catalán vota en contra del inversor, a pesar de que la comisión negociadora en pleno y la mitad del consejo apoyan la oferta

JOSÉ MOLINS

Martes, 28 de julio 2015, 22:03

valencia. Robert Sarver no tiene sitio en el Levante. Los patronos de la Fundación cerraron ayer las puertas a la ambiciosa oferta del banquero de Arizona, que quedó rechazada por un amplio margen. De los 22 votos que eran necesarios para aceptar la propuesta el inversor sólo consiguió 14, y llama especialmente la atención que 13 patronos dijeran un no rotundo, un número mayor del esperado. Entre ellos el presidente, Quico Catalán y cuatro consejeros del club. Ni siquiera la ausencia de las instituciones públicas hizo que el sentido cambiara. La Cámara de Comercio y la Universidad Católica se abstuvieron, en una votación que fue a mano alzada, en lugar de secreta.

La decisión es definitiva y ya no se continuará de ningún modo con la propuesta, por lo que no hará falta convocar la junta general para que los accionistas decidan en septiembre. Aunque el sí a Sarver consiguió la victoria ayer por la mínima, no fue suficiente según los estatutos, ya que se necesitaban dos tercios del patronato.

A las cinco de la tarde comenzó puntual la trascendental cita, con 29 patronos y la presencia de la consultora PwC que ha representado al Levante en la negociación. Todos los miembros expresaron su opinión en un extenso debate, por momentos acalorado pero siempre con argumentos de uno y otro lado, y para acabar Catalán dejó clara su postura para rechazar la propuesta. Seguidamente se produjo la votación, con el rechazo de la oferta. «Dentro de los 13 que votan 'no' habrá razones diferentes, cuestiones personales, habrá que preguntar a cada uno», señaló José Manuel Fuertes, presidente de la Fundación, que dio su aprobación a la venta.

Todos los patronos reconocían que la oferta de Sarver es muy buena, pero que un club de fútbol implica sentimientos y darle todo el poder a una persona «de fuera» conllevaba mucho riesgo. Catalán también explicó sus argumentos hacia el no. «He votado que no, ya lo había decidido. No hay nada raro en la oferta, es buena, de garantías, pero tienes que tomar una decisión y poner en valor otras cosas», indicó el dirigente. «Mi abuelo me explicaba otro Levante, ahora está en manos de gente que quiere lo mejor para este club. Me costaba pensar que el Levante estuviera en manos de otras personas», argumentó.

Según Catalán, fue un acto de responsabilidad. «Lo mejor para mí era votar que sí, lo más sencillo, y me ha costado mucho tomar la decisión, he actuado en conciencia y con independiencia. Era una grandísima oferta, pero los levantinistas somos diferentes, no sólo nos movemos por dinero, por un producto», defendió. «Si el Levante está donde está es por levantinistas que han luchado por defender este proyecto, he pensado qué harían en este momento», expresó. Sarver quería mantener a Catalán como presidente, pero el dirigente le hizo saber al dueño de Phoenix Suns que eso sería complicado. «No me veía siendo presidente vendiendo el Levante, no me he visto. En el patronato sólo veía levantinistas que han asumido su responsabilidad, la decisión se ha tomado entre levantinistas, y han entendido que no era el momento del cambio», aseguró.

El presidente granota fue el único miembro de la comisión negociadora que votó en contra el norteamericano, ya que Luis Calero, Javier Martínez, Enrique Grima y Fuertes dijeron que sí a la venta, tras permanecer alrededor de un mes en conversaciones con el banquero, que incluso vino a Valencia para convencer a los patronos.

El propio Fuertes entendía que lo mejor hubiera sido aprobarlo ayer para dejar que los accionistas tomaran la decisión final con la junta general, una opinión que compartían muchos otros patronos. «No quería estar en la comisión negociadora porque al principio no era partidario de la venta, pero conocidas las condiciones entendí que superan lo que podíamos ofrecer en la Fundación. No soy quién para paralizar ese proceso de venta para someter a una junta general para vetar o no el traspaso de los inmuebles», argumentó el presidente de la Fundación.

A partir de ahora el funcionamiento del club seguirá igual, con una deuda de 30 millones de euros refinanciada desde el año pasado y un aumento de los derechos de televisión que permiten la amortización sin problemas y un crecimiento económico sostenido. Pero nunca la liquidación total de la deuda, como garantizaba Sarver y el salto cualitativo a todos los niveles, económico, deportivo y comercial. Ese sueño se esfuma porque el patronato ha preferido mantener las raíces valencianas dirigiendo la entidad.

Para Catalán, supone un orgullo que este inversor tan potente se haya fijado en el club de Orriols. «Pasara lo que pasara ganará el Levante, este club tiene muchas cosas que decir, después de la decisión, con máxima independencia, es para felicitar a cada uno de los patronos. Yo estoy con las pilas muy cargadas para seguir liderando este proyecto, que llevamos seis años, que tiene el respaldo del patronato, que se quiere comer el mundo, y es valenciano», expresó el presidente, que el pasado diciembre fue reelegido por los accionistas para cinco años más de mandato.

No obstante, el debate sobre la venta ha mostrado la división que hay en el consejo de administración, ya que cinco miembros, incluido el presidente, votaron que no, mientras que cuatro dijeron que sí. Al respecto de si podía acarrear dimisiones esta falta de unidad, se negó en rotundo. «Este consejo ha demostrado un trabajo, unos resultados, fue reelegido hace menos de un año. Está legitimado por el patronato y sobre todo por el pequeño accionista, va a seguir trabajando por conseguir el mejor Levante cada mañana. Tenemos un escenario ordenado, tenemos todo para construir un gran Levante. Se puede mejorar, pero queremos construir un gran proyecto», manifestó Catalán.

Fuertes destacó que Sarver y su grupo empezaban a percibir conforme se acercaba el patronato que le iban a rechazar la oferta, a pesar de presentar un plan tan ambicioso. «Esto es un club de fútbol, no es una empresa de tornillos, no sólo son los billetes. Podemos construir un club de fútbol sin billetes. Esa historia, cultura, lo que me han educado, son esos intangibles los que han llevado a esta decisión», analizó Quico, quien tampoco tiene claro que la relación dinero-éxito deportivo se cumpla siempre. «¿Quién garantiza que el presupuesto más alto implica no descender?, el Levante no se puede vender por el miedo al descenso, eso es de cobardes, yo no vendo por el miedo. Atlético, Betis o Villarreal descendieron, si fuera por eso qué hacía el Levante jugando la Europa League. Llevamos cinco temporadas en Primera, el dinero solo no nos da la fecilidad ni nos garantiza estar en Primera», comentó. Además, Catalán recordó que en su llegada en 2009 el club tenía casi 90 millones de euros de deuda y nadie quería comprarlo, y ahora han rechazado 56 millones.

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