El Levante es un cañón de líder

Este equipo va disparado hacia el ascenso. Como un cañón. El que lanzó Lerma para culminar la remontada, otra más, y que dio la victoria al Levante ante el Mallorca. Un triunfo que saca el máximo partido a las derrotas del Lugo y el Mirandés y deja ya el tercer puesto a siete puntos. Una barbaridad para llevar diez jornadas. La confianza de este grupo de jugadores es absoluta y pese a las dificultades del encuentro, todo el mundo tenía claro que el final de la noche iba a deparar la victoria azulgrana.

Fue un partido gris, poco vistoso, de mucho trabajo, que se puso cuesta arriba pero que de nuevo el Levante, con su infinito repertorio de recursos, sacó adelante. A base de paciencia, de creer siempre en sí mismos y de un latigazo descomunal del colombiano, el equipo tumbó a un Mallorca que pronto dejó escapar su ventaja, ya que Chema igualó en la primera parte el gol inicial. Llamó la atención que Muñiz insistiera en Verza desde el inicio, debido al mal resultado que había dado en Almería. El alicantino se juntó con Natxo Insa en el mediocentro y dio libertad a Campaña como mediapunta, haciendo las labores de un Espinosa que esta vez fue relegado al banquillo por su progresiva bajada de nivel últimamente.

El Levante no podía especular, sabedor de los excelentes resultados de la jornada, con las derrotas del Lugo y el Mirandés, y por ello salió en tromba para dominar el encuentro. Natxo Insa cabeceó rozando el poste, Morales y Montañés llevaban peligro por las bandas y la presión adelantada impedía al Mallorca salir con el balón de su campo. Pero todo eso se diluyó con una simple falta en contra. Moutinho puso un balón al área y Ansotegi ganó en el salto a los centrales para rematar a la red. Los baleares se ponían por delante y obligaban por tercera vez seguida a remontar.

Tras verse herido, de inmediato sacó las garras el Levante para volver a recuperar el control del partido. Y un central tenía que ser. Chema corrigió de la mejor manera su error anterior y remató un córner para empatar el encuentro. Este equipo es capaz de reponerse a cualquier golpe y tiene innumerables formas de llegar hasta el gol. La fe del líder como motor de este Levante.

Aunque a partir de ese tanto el encuentro ya se igualó y perdió mucho ritmo. Incluso por momentos el Mallorca se acercaba más al área, ante un Levante que no se mostraba arrollador ni con las ideas claras en ataque. El equipo se movía con la parsimonia con la que Verza repartía juego, Morales se perdía en acciones personales y a Roger no le llegaban balones. Así era muy difícil sorprender, los granotas eran previsibles y la defensa bermellona no sufría. Pero de nuevo había paciencia para masticar el partido hasta que llegara el momento. Una virtud de la que el conjunto de Muñiz está sacando mucho rendimiento.

Precisamente para darle más velocidad y mayor profundidad al juego el técnico se dio cuenta rápido de su error y sustituyó a Verza en el descanso para meter a Lerma, pero tampoco el colombiano aportaba demasiada fluidez al juego, y pronto se ganó una amarilla. Aunque el mediocentro fue de menos a más y acabó luciendo. El partido era gris, sin ocasiones, con juego trabado y necesitaba un impulso para cambiar.

Muñiz lo intentó variando su sistema para apostar por un 4-4-2 con la entrada de Martins en lugar de Campaña, y a la primera que tuvo el brasileño obligó al portero a sacar una mano para evitar que su duro disparo fuera gol. Pero tras el rechace ya no pudo con el obús de Lerma desde fuera del área, que se coló cerca de la escuadra. La virtud de la paciencia volvía a guiar al Levante a una nueva remontada.

El trabajo ya estaba hecho, pero quedaba media hora por delante para que los tres puntos permanecieran en Orriols. Lo que no quedaba ninguna duda es que Muñiz de nuevo había acertado en los cambios. Es verdad que en ocasiones el técnico se equivoca con las alineaciones y los planteamientos, pero es rápido y no le tiembla el pulso para corregir con acierto durante el encuentro, sabe leer muy bien el fútbol y lo volvió a demostrar. Su tercer cambio fue por obligación, por la lesión de Chema tuvo que sacar a Saveljich, que debía reivindicarse manteniendo la seguridad en el área para cerrar la victoria. Una circunstancia que hizo que dos jugadores hasta ahora imprescindibles como Espinosa y Jason no tuvieran ni un minuto. Llamativo.

Aunque el equipo granota quiso defender de la mejor manera: atacando. Morales empezó a carburar con buenas jugadas por la izquierda, Martins lo ganaba todo de cabeza y su presencia inquietaba a la defensa, dando otra alternativa tras una mala noche de Roger. El equipo mantenía lejos de su área al Mallorca, garantía para sufrir menos, y cuando los de Vázquez se aproximaban, la buena labor defensiva granota no les dejaba otra opción más que disparar desde fuera. Continuas ayudas, mucho esfuerzo, había que dejarlo todo en el campo para agarrar una importantísima victoria que se tocaba con los dedos. Y que no se podía escapar. Salomao heló la sangre, pero Raúl atrapó el balón y con él un triunfo valiosísimo.