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El Ciutat se queda sin magia
Fútbol | levante ud

El Ciutat se queda sin magia

El Getafe neutraliza al peor Levante en casa de la temporada

j. molins

Domingo, 30 de octubre 2016, 18:23

Las cinco victorias consecutivas habían convertido al Ciutat de València en un lugar temible para cualquier rival. Pero anoche Bordalás consiguió con su invicto Getafe neutralizar esa magia del estadio granota para frenar a un Levante que mostró su peor cara de la temporada. Gris, sin mordiente, atropellado en su juego y con lagunas defensivas, el equipo aún pudo sumar un punto con el que ve recortada a ocho su distancia con la zona de promoción.

Los azulgranas siempre se encontraron incómodos ante la telaraña del técnico alicantino, que le ganó la partida a Muñiz. El asturiano mantuvo el equipo que arrolló al Mirandés en la segunda parte, y aunque no le quiere prestar atención a la clasificación de momento, lo cierto es que el Levante saltó al campo conocedor del pinchazo de sus rivales y que una victoria ante el Getafe ampliaría aún más las distancias. Pero para lograrlo había que frenar la racha de Bordalás, que no había perdido desde su llegada al club azulón, con solo un gol en contra. Y con esa muralla se topó.

No empezó cómodo el conjunto azulgrana. Lerma y Natxo Insa estaban desconocidos, con pérdidas constantes, lo que provocó el primer disparo de Yoda y la posterior acción en la que nació el gol. Una falta en zona de tres cuartos que ni Ráúl Fernández en su salida ni la defensa acertaron a despejar de cabeza y Lacen aprovechó un hueco entre el barullo para alojar el balón en la red. Otra vez (la cuarta ya) se ponían las cosas en contra en los primeros minutos. De nuevo había que apelar a la remontada y a la fortaleza mental del líder.

Los granotas despertaron, como si a veces necesitaran un cubo helado para hacerlo, y de inmediato Morales estuvo a punto de marcar, pero con la portería semivacía, envió el balón alto. También lo intentó Roger, al que ayer secó Cata Díaz. Hasta que a la tercera llegó el empate. Es increíble la capacidad que tiene el Levante de igualar en tiempo récord los goles que recibe. Alberto cometió un error más grueso aún que el del meta granota y regaló con su despeje el balón a Natxo Insa, que con clase hizo una vaselina para marcar el 1-1. Pim, pam, y antes de que el Getafe se diera cuenta el marcador ya reflejaba el empate.

El dominio era claro de los de Muñiz, pero sabían que tendrían que trabajar mucho el encuentro ante un Getafe que no dejaba espacios para maniobrar. Insa y Lerma recuperaban pero fallaban pases. A Campaña le costaba encontrar su sitio para enganchar con los atacantes. La presión y la buena disposición táctica del equipo de Bordalás obligaba a un partido complicado, y además Pacheco insistía en crear peligro.

Muñiz arriesgó tras el descanso al sacar a Espinosa por Natxo Insa para conseguir más fluidez y creatividad en ataque, retrasando a Campaña junto a Lerma. Pero al equipo le seguía faltando chispa. No era el día de Morales ni de Jason por las bandas y tampoco se veía a Roger. Y de hecho el técnico sustituyó pronto al madrileño por Montañés. Los granotas empezaban a perder su dominio y veían cómo el Getafe ganaba metros y pisaba el área. Cala estuvo cerca de marcar tras un error defensivo, el equipo sufría. Se encontraba incómodo, sin saber salir de la telaraña de Bordalás.

Cada vez había más precipitación en el juego del Levante cuando pasaba el centro del campo, con falta de entendimiento entre los hombres de ataque y el conjunto granota no encontraba el camino del área. Es más, cada vez pasaba más apuros en su portería. Jorge Molina, que acababa de entrar, falló un gol cantado tras un despeje de Raúl Fernández, que dudaba en cada balón colgado y provocaba nervios en la grada. Ahí pudo estar el partido, los granotas se salvaron. El Getafe veía posible lograr la victoria ante un Levante desconocido, muy lejos de su versión de apisonadora.

Muñiz sorprendió al retirar a Espinosa por Casadesús para buscar más presencia en el área en los últimos minutos, pero el equipo no sabía canalizar sus contragolpes, se mostraba atropellado y fallaba el último pase. Quizá hasta tiene que dar gracias el Levante por el empate, ya que el Getafe pudo haber ganado en una mala noche azulgrana. Tampoco se puede arrollar siempre.

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