José Molins
Sábado, 20 de mayo 2017, 15:29
Ya es matemático. Sólo hacía falta un punto para que el Levante se proclamara campeón de Segunda División y ayer lo logró con suficiencia ante uno de los equipos que están en la lucha por el ascenso. Pero los granotas, ya con los deberes hechos y sin muchos de sus pilares básicos, demostraron una vez más su profesionalidad para no dejarse ir y competir ante el Tenerife.
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Partido práctico pero gris, con pocas ocasiones, escaso fútbol y controlado en todo momento por los azulgranas.Los canarios tuvieron las ocasiones más claras, con dos disparos al poste en los últimos cinco minutos, pero la autoridad que da el Levante en esta Liga impone a cualquiera. A los de Muñiz les sobra con jugar de memoria, sin necesidad de dejarse la piel, para mandar en cualquier campo, y el Heliodoro Rodríguez no fue una excepción. El Tenerife dominó pero no tuvo profundidad por la buena defensa granota. Aunque a los valencianos también les faltó alegría en el juego ofensivo para haber peleado por la victoria.
El equipo, pese a contar con numerosas caras poco habituales, mantenía ese carácter rocoso y bien estructurado que le hace competir con fiabilidad. Los granotas adelantaron la línea defensiva y el Tenerife cayó varias veces en fuera de juego, como en la que el asistente acertó al anular un gol de Aarón Ñíguez. Pero esa decisión de Muñiz provocaba espacios a la espalda y también costó algún susto, como una carrera de Choco Lozano, que se plantó solo pero Oier le ganó la partida en el uno contra uno. Los canarios basaban su peligro en la velocidad al contragolpe y mostraban más hambre que un Levante que marcaba un ritmo lento y que no llegaba al área.Pero pronto los azulgrana solucionaron esos desajustes defensivos y controlaron la capacidad de sorpresa del Tenerife, que no encontraba espacios por donde atacar.
Lerma crecía en el centro del campo y la pareja formada por Rober Pier y Chema solventaba con comodidad cada llegada canaria. Los de Martí dominaban con claridad pero el equipo granota estaba tranquilo. Aunque Roger prácticamente no tocase un balón en toda la primera parte. Morales esta vez no estaba acertado para lanzar los ataques desde la banda y aún menos ofrecía Rubén por la derecha, mientras que Espinosa apenas se hacía ver. Por eso al descanso Muñiz sustituyó al manchego para buscar más participación en el ataque con Campaña, el imprescindible del técnico. Y con ese cambio el Levante empezó a aproximarse con algo más de fluidez al área tinerfeña, pero nadie lograba conectar con éxito con Roger, bien atado por la zaga rival.El Tenerife no inquietaba y Muñiz quiso dar un paso adelante con la entrada de Casadesús en lugar de Verza, buscando esa conexión hasta entonces inexistente con Roger, pero tampoco dio resultado. Retrasó a Campaña al mediocentro junto a Lerma y el balear se situó en su posición de mediapunta. Y después quiso tener más proyección ofensiva con la entrada de Pedro López por Iván en la banda. El Levante mostraba ambición y fue a por la victoria, ante un Tenerife que en nada se parecía al equipo que había inquietado en los primeros minutos.
Los canarios parecían tener miedo a buscar el gol de la victoria por si desprotegían su portería, ya que incluso consideraban el empate como bueno por la derrota del Huesca, rival por la promoción. Pero al final la lógica del fútbol les hizo volcarse al ataque. Oier atrapó un duro disparo de Aitor Sanz y Tayron remató cerca del poste. Los últimos minutos reflejaban quién tenía más necesidad. El Levante mostraba su profesionalidad, compitiendo pese a tener el ascenso ya conseguido, y los canarios luchaban por afianzarse en los puestos de play-off para subir a Primera. Sin duda los últimos minutos fueron los que más alternativas ofrecieron. Tras casi 85 minutos de poco ritmo y sin apenas ocasiones, en un minuto pudieron marcar los dos equipos. Primero el Levante, con una acción de Morales y Toño que Rubén remató fuera por centímetros. Pero a la acción siguiente fue Lozano el que se adelantó a Chema y estrelló su disparo en el poste. Igual que poco después otro remate de Cristo González desde una posición muy parecida. Fueron las únicas concesiones de la defensa azulgrana en toda la tarde, y tampoco les sirvieron para batir la meta.Ya nadie le podrá arrebatar la primera plaza al Levante en los tres partidos que quedan y los granotas regresarán a Primera por la puerta grande, aunque el empate de ayer haga imposible alcanzar ese récord de puntos en Segunda que se perseguía.
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Los granotas competirán ahora sólo por profesionalidad, y de eso ya han demostrado que van sobrados. Y por los premios individuales de Roger y Raúl Fernández, que luchan por conquistar el Pichichi y el Zamora, para lograr la triple corona en la categoría de plata.
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