El nuevo consejo del Levante quiere evitar un ERE entre los empleados

El Levante se desangra por el bolsillo. Todo ello provocó la caída de Quico Catalán y la promoción de un nuevo consejo que liderará José Danvila, con una inyección de diez millones de euros a través de un préstamo participativo para atender a la inmediata necesidad de liquidez que tiene el club y la compra del paquete accionarial del 30% (la mitad de los títulos que controla todavía la Fundación) por cinco millones. Esta entidad tendrá derecho que adquirirlas de nuevo en caso de que al empresario se le haya podido devolver el préstamo. Pero una vez dentro, algo que sucederá a partir de la semana que viene, el nuevo grupo que controla la entidad tendrá que tomar una serie de decisiones para adecuar los gastos a la realidad actual del club, en Segunda División y sin la ayuda que concede LaLiga a los recién descendidos.

Una de las opciones que se antojaban obligadas era la puesta en práctica de un ERE entre los empleados del club azulgrana. La incógnita era saber a cuánto personal afectaría porque, según las últimas cuentas, el gasto en esta partida asciende a seis millones de euros. El propio Carlos Ayats, uno de los interesados a optar a dirigir la entidad, manifestaba en LAS PROVINCIAS que era algo necesario: « Creo que va a haber mucha gente que va a tener que salir del club, es insostenible. La plantilla, no solo la deportiva, está absolutamente sobredimensionada a lo que es un club de Segunda, a los ingresos que va a tener el Levante». Pero el grupo de Danvila quiere evitarlo, si es que se puede. El comité ejecutivo que nombre va a esperar al cierre del presupuesto para ver las alternativas que tiene antes de poner en marcha una decisión tan drástica.