Uno de los puntales del actual mandato de Quico Catalán reside en Nazaret. El anhelo de una ciudad deportiva del Levante dentro de Valencia afloró en la mente del presidente azulgrana en 2012. Pero es ahora cuando el sueño está a punto de convertirse en ... realidad. Sólo faltan formalismos para poner la primera piedra de unas instalaciones que deben suponer un salto de calidad para el club. Las negociaciones con las instituciones quedaron zanjadas hace tiempo, aunque el ritmo de los trámites burocráticos vuelve a suponer una demora. El último plazo establecido por la directiva granota tampoco se va a cumplir. Después de los anteriores retrasos, la idea consistía en iniciar la construcción durante este otoño. No será posible. La licencia definitiva del Ayuntamiento de Valencia sigue sin llegar, por lo que habrá que esperar a 2022 para que las máquinas comiencen a funcionar.
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El pasado mes de junio, viendo que iba resultar inviable poner en marcha las obras antes del verano, el Levante se marcó un nuevo objetivo: comenzarlas durante el último trimestre de este año. Un deseo al que ya renuncian dentro del club. Y es que la entidad azulgrana permanece pendiente de los mismos trámites administrativos.
Al igual que hace medio año, el Levante se mantiene a la espera de obtener las autorizaciones definitivas de la Autoridad Portuaria y del Ayuntamiento de Valencia para poder adjudicar las obras. En la directiva confiaban en contar ya con estos dos permisos, por lo que toca reajustar los plazos. La nueva demora complica visiblemente la idea de que la ciudad deportiva de Nazaret estuviese construida antes de que concluyese el actual mandato de Quico Catalán. Según las previsiones, las obras durarán cerca de dos años y costarán entre 12 y 14 millones de euros.
El tercer mandato del actual consejo de administración, encabezado por Quico Catalán, finalizará en diciembre de 2023. El presidente trabaja en este ilusionante proyecto desde hace casi una década. Arrancó las conversaciones con las instituciones en 2012. Su propósito era que el club contase con unas instalaciones en la propia ciudad y el enclave elegido, los Poblados Marítimos, evoca los orígenes de la entidad. La actual factoría granota, ubicada en Buñol, acarrea inconvenientes de desplazamiento.
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La futura ciudad deportiva del Levante está enmarcada en el Plan Especial de la Zona Sur 1 del Puerto de Valencia-Nazaret Este. Se trata de un proyecto complejo que busca revitalizar una zona de la ciudad y que se ha dilatado mucho más de lo esperado.
Después de la aprobación de la Comisión Territorial de Urbanismo, integrada en la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, y de la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia (BOP), que se llevaron a cabo antes de junio, el Plan Especial permanece pendiente de dos permisos que se han atascado.
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Se trata de la licencia de obras del Ayuntamiento y de la concesión de los terrenos por parte de la Autoridad Portuaria de Valencia. Este último trámite es una formalidad, ya que las condiciones quedaron pactadas en febrero de 2019. El Levante contará con una parcela de 94.999 metros cuadrados donde construirá su nueva ciudad deportiva. El club, que deberá pagar al Puerto un canon anual de unos 180.000 euros, alcanzó un acuerdo para disponer de la superficie durante 35 años con opción a 15 más.
Cuando se completen estos dos trámites administrativos, sólo faltará un paso para iniciar la construcción de las instalaciones deportivas de Nazaret: la adjudicación de las obras. El consejo de administración del Levante deberá llevar a cabo el proceso de selección de la empresa. Falta saber si se celebrará un concurso abierto o el análisis se limitará a determinados aspirantes.
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El proyecto está listo para su ejecución después de la última revisión realizada entre los dirigentes del Levante y los arquitectos del despacho valenciano Corell y Monfort, que se encargó del diseño de la ciudad deportiva.
En un principio, el Levante preveía iniciar la construcción en el último trimestre de 2019. Sin embargo, el proceso burocrático ha sufrido diversos retrasos. En agosto de 2020, el club firmó con Edmond de Rothschild un crédito de 60 millones para financiar las instalaciones de Nazaret y la reforma del estadio. Sin embargo, cuando se cierre el convenio entre la Liga y el fondo CVC, el club dispondrá de una jugosa inyección que, obligatoriamente, deberá destinar a infraestructuras.
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