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El Levante hizo los deberes el domingo ganando sobre el césped al Sporting de Gijón, sumando así el primer triunfo de la temporada y unos ... importantísimos tres puntos que lanzan al equipo hacia arriba y expanden el sentimiento de ilusión que se percibe en la afición granota.
No obstante, uno de los detalles de la victoria en tierras asturianas fue la no presencia de Pablo Martínez en la convocatoria, ya que el centrocampista se quedó fuera de la lista al no poder ser inscrito en la Liga, además del hecho de que se están estudiando ofertas por el traspaso del jugador, con el fin de obtener los tan necesitados ingresos y paliar así con el resto de inscripciones que quedan pendientes, como las de Vicente Iborra, Diego Pampín o Róber Ibáñez.
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Cabe recordar, como avanzó Sin Tregua, que el propietario José Danvila tuvo que poner otros 250.000 euros de su bolsillo para poder llevar a cabo las inscripciones necesarias para participar en la primera jornada, debido a que el club se quedó sin los ingresos que esperaban del traspaso de Marc Pubill a la Atalanta, por el que iba a recibir entre 2,7 y 4 millones de euros en concepto de plusvalía de la futura venta que acordó en su día con el Almería.
Ese revés supuso un cambio de planes repentino en el guion levantinista, que ahora ha asumido que debe soltar lastre y desprenderse de alguno de sus mejores jugadores para poder competir en Segunda. El elegido parece haber sido Pablo Martínez, que es el futbolista que más ojos tiene puestos sobre él debido a su gran pretemporada y el anhelo de varios equipos de Primera, que le siguen detenidamente.
Durante el verano han emergido los nombres del Valencia, del Rayo Vallecano y del Valladolid como posibles interesados en hacerse con el centrocampista madrileño, pero a día de hoy, el Levante no ha recibido todavía una propuesta económica que satisficiera las pretensiones de la entidad, que tasa al jugador en cuatro millones de euros, aunque el portal especializado Transfermarkt, habitual vara de medir para estos casos, le pone una etiqueta de dos 'kilos' y medio.
La salida de Pablo, en caso de cristalizarse, debilitaría notablemente al equipo, pero por otra parte, cumpliría con la premisa de Julián Calero, que sólo quiere dos jugadores por puesto, y en el centro del campo hay overbooking. «Me gustaría doblar puestos, no triplicarlos, porque donde haya tres, alguno también tiene que salir. Andamos justos en la defensa y la dirección deportiva lo sabe», dijo el míster hace unos días en rueda de prensa.
Y es que para los esquemas de 4-3-3 o 4-2-3-1 que utiliza Calero, el Levante ya tiene a Vicente Iborra y Oriol Rey para el pivote más defensivo, a Giorgi Kochorashvili y Ángel Algobia para el interior más 'box-to-box', y a Carlos Álvarez y Sergio Lozano para el enganche más creativo y organizador. Por tanto, la salida de Pablo, por números, no debilitaría.
También queda el nombre de Óscar Clemente, que ganaría protagonismo en las semanas en las que Kocho se marche a la selección de Georgia, además de suplir posibles bajas por lesión, completando así el centro del campo.
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