Secciones
Servicios
Destacamos
ALBERTO MARTÍNEZ
Martes, 6 de septiembre 2022, 00:17
valencia. Vicente Iborra ha regresado al Levante para liderar. Para llevar el timón en la dura travesía hacia Primera División. Anoche comenzó el partido en el Carlos Tartiere luciendo el brazalete de capitán, aunque a los diez minutos se lo entregó a un Postigo que sustituyó al lesionado Mustafi. Pese a quitárselo, el de Moncada tiene claro su rol dentro del grupo. Es un referente. La brújula. En la primera parte le costó imponerse y el Oviedo se adelantó en el marcador. El conjunto granota estaba incómodo. Gris. Tras el descanso, los retoques de Mehdi Nafti funcionaron y el equipo creció. Y el centrocampista valenciano emergió para marcar el gol del empate. De cabeza. Mandando en el juego aéreo. Su último tanto con la camiseta azulgrana se remontaba al 19 de mayo de 2013. Tres meses después, se marchó traspasado al Sevilla. Ahora ha vuelto a sus orígenes para aportar su talento y la experiencia acumulada. También la raza, que fue clave para sumar un punto ayer.
Del Levante debe esperarse más de lo que se vio ayer. Fue un partido discreto de los de Nafti, que vieron cómo se quebró su imbatibilidad. Encajaron gol por primera vez en la presente temporada y sufrieron hasta que llegó el descanso. Sin capacidad para generar fútbol. Sin ideas. Sin seguridad. Cuando no aparecen los futbolistas que deben marcar la diferencia y desequilibrar, como Campaña y Montiel, las fuerzas se igualan visiblemente. En cambio, en el segundo acto, las modificaciones surtieron efecto y llegó el premio del empate. Un punto que fue defendido con uñas y dientes a raíz de la expulsión de Pepelu a falta de 20 minutos para el final. En cualquier caso, los contratiempos comenzaron mucho antes.
El protagonismo de Mustafi se torció a las primeras de cambio. El central alemán gozaba de su primera titularidad desde el pasado 11 de diciembre, cuando sufrió un esguince en el ligamento colateral externo de la rodilla derecha que le obligó a pasar por el quirófano. Tras una temporada para olvidar por las lesiones, el germano ha asumido el reto del ascenso con la esperanza de volver a disfrutar del fútbol. «Transmite alegría, pasión y sentimiento a toda la plantilla. Estoy loco por ponerlo. Se le ve feliz», afirmó Nafti hace dos semanas.
La pareja de centrales que empezó el partido ante el Oviedo tiene galones. Tanto Vezo como Mustafi, de 28 y 30 años, respectivamente, cuentan con varios partidos de Champions League a sus espaldas. Anoche, sin embargo, el alemán sólo duró diez minutos sobre el césped. En una carrera, se rompió. Se llevó la mano al muslo izquierdo. Tendido en el suelo, mientras se tapaba el rostro con los brazos, se hundió ante un nuevo ingreso en la enfermería. Faltan las pruebas médicas, aunque el gesto del germano hablaba por sí solo.
Hace una semana, ante el Tenerife, Mustafi disfrutó de sus primeros minutos de la temporada. Fue un estreno perfecto, ya que el equipo ganó y el zaguero alemán marcó el gol de la sentencia. Ayer, la alegría de la titularidad duró poco tiempo. Del sueño se pasó a la pesadilla. En su lugar entró Sergio Postigo.
El otro central granota, Vezo, estuvo providencial robando la cartera a Borja Bastón, quien ya estaba listo para fusilar en el área pequeña. En la siguiente acción, el portugués no estuvo tan afortunado. Obstaculizó a Dani Cárdenas. El guardameta catalán, en posición forzada, despejó de forma defectuosa con los puños. El esférico quedó muerto y Sergi Enrich no perdonó. El balear, uno de los fichajes del Oviedo, supo aprovechar el regalo.
Sólo había pasado un cuarto de hora y el partido se ponía cuesta arriba en el Carlos Tartiere. El Levante no tenía nada que ver con el que se impuso al Tenerife. Anoche evidenciaba serias dificultades para construir el juego. Apenas se acercaba a la portería custodiada por Tomeu Nadal. El centro del campo era dominio de dos futbolistas formados en la cantera del Valencia como Koba Lein y Ángel Montoro. Ambos jugadores han sido fichados este verano por Tito Blanco, un viejo conocido de los granotas que ha asumido la dirección deportiva del Oviedo.
Cárdenas metía el miedo en el cuerpo con otra salida fallida. Sin embargo, a partir de ese momento, el guardameta azulgrana se hizo fuerte para exhibir su seguridad habitual. El Levante, sin fluidez y con muchas imprecisiones, llegaba tarde a todos los balones divididos. Las sensaciones no eran buenas. Los granotas, atascados, recurrían a los balones largos para intentar hacer daño al Oviedo. La ocasión más clara, de Cantero. El atacante madrileño, quien estrenaba el dorsal 11 de Morales, mandó el esférico cerca del poste.
El talento se resistía a aparecer. Y Nafti hizo una apuesta segura aprovechando el paso por los vestuarios. Metió en el campo a Jorge de Frutos. El segoviano, mimado después de la grave lesión que sufrió, sigue acumulando minutos en busca de la forma física óptima. El equipo le necesita para volar.
No obstante, el gol del empate llegó a través de un recurso implantado por Nafti: los potentes saques de banda de Postigo. El veterano central tiene una catapulta en sus brazos. Envió el cuero al corazón del área y Wesley hizo de pívot para imponerse por arriba y allanar el camino del gol. Una acción culminada por Iborra con un testarazo bombeado.
Montiel comenzó a sentirse cómodo y el equipo lo agradeció. Su capacidad de desborde puede dar muchas alegrías. A falta de 20 minutos para el final, Pepelu fue expulsado por doble amonestación, aunque los azulgrana supieron gestionar el golpe. Campaña pidió el cambio por una contusión en el pie, Cárdenas se hizo grande bajo los palos y Soldado acarició la remontada. El Levante de Iborra sacó la casta.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.