La rentabilidad de Carlos Espí cotiza al alza

Este hecho ya no es de extrañar, ya que el espigado ariete no solo está entre los máximos goleadores del equipo azulgrana, sino que además sus destacadas aportaciones se han resuelto en una cantidad baja de minutos sobre el campo.

En lo que se lleva de temporada, Carlos Espí ha disputado 317 minutos, sin incluir los tiempos de descuento, en un total de 25 partidos jugados en liga. A esto hay que sumar el duelo de Copa del Rey que costó la eliminación en el estadio del Pontevedra, con una hora de presencia. Esto se traduce en un promedio de algo más de 15 minutos disputados por cada encuentro, en ocasiones convirtiéndose en el último relevo, y con una sola titularidad gozada, en la penúltima jornada ante el Mirandés, y donde el equipo valenciano no gozó de precisión ni de ocasiones de renombre para castigar aquella tarde.

Con este reducido protagonismo, el atacante ha sido capaz de explotar su potencial y virtudes futbolísticas, como ya anteriormente lo había hecho en la cantera granota. Los cinco goles materializados por Espí han llegado todos ellos en momentos adversos de los partidos para el Levante, han cambiado el desenlace y significaron una suma de ocho puntos extra en la tabla clasificatoria.

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Precisamente contra el Eldense, en el partido de la primera vuelta en el Ciutat de Valencia, ya hizo subir el 2-1 al marcador, en lo que suponía su estreno de este curso. Ante el Málaga y Burgos, ambos también como local, se encargó de deshacer el provisional empate y destacó su magistral doblete ante los burgaleses, con el broche de oro de una vaselina. Ya este pasado domingo y de nuevo frente al Eldense, cuando Brugui establecía el empate en el 91' de juego, de nuevo Espí apareció como un killer del área para sellar un triunfo de gran magnitud en los instantes finales del tiempo de descuento.

Si el promedio de minutos jugados cada partido por Espí es escaso, el promedio de sus tantos son el argumento inverso. El de Tavernes de la Valldigna apenas necesita 65 minutos para que el Levante celebre uno de sus goles. Unos registros que le convierten en el jugador de zona de ataque con mejor balance y que le sitúan como el tercer máximo artillero del equipo, por detrás de Morales y de Brugui, y empatado a su vez con Iván Romero, Carlos Álvarez y Kocho.

A pesar de los continuos halagos de Julián Calero a su jugador, Espí se ha mostrado con una presencia muy testimonial y siempre como alternativa. El entrenador lo suele justificar con cuestiones tácticas por el perfil del rival y momento del partido. En su única presencia en el once, también se basó en ello, para fijar a los tres centrales. Sin embargo, la rentabilidad de Carlos Espí es mayúscula, cotiza al alza y reclama más presencia con el Levante, en un momento de la temporada en que se notaba la falta de acierto y resolución de cara a gol y tras lograr encadenar dos victorias consecutivas que consolidan al equipo en los puestos del play-off de ascenso a Primera.