Rochina, pendiente de una victoria

Falta menos de un mes para que la Liga baje la persiana, pero el futuro de Rubén Rochina continúa en el aire. El centrocampista del Levante regresa esta semana al equipo tras cumplir un partido de sanción. Y lo hace sabiendo que, en caso de victoria frente al Celta, la permanencia quedará rubricada y el club podrá acelerar la planificación de la próxima campaña. Y uno de los asuntos pendientes apunta al saguntino, quien quedará libre el 30 de junio. El intento de renovación contractual llevado a cabo a principios de temporada fue infructuoso, por lo que las negociaciones se enquistaron. Demasiada distancia entre las partes. Sin embargo, ni el club ni el jugador descartan que las conversaciones se puedan reconducir antes de que termine el curso.

Rochina aterrizó en el Levante en enero de 2018 y, desde entonces, ha demostrado que posee una zurda exquisita. Su falta de poderío físico le ha llevado a mostrar un rendimiento irregular, aunque se alza como un futbolista importante en el esquema de Paco López. En lo que va de temporada, acumula 1.753 minutos entre Liga y Copa del Rey.

A principio de temporada, la directiva del Levante y el futbolista pusieron en marcha unas negociaciones que se atascaron por las discrepancias en cuanto a los emolumentos y la duración del vínculo. La entidad granota estaba lejos de las expectativas de Rochina a nivel contractual. De esta forma, la cúpula granota dio prácticamente por pérdida la renovación.

El futbolista valenciano, de 30 años, se pronunció el pasado mes de diciembre y destacó su implicación. "A nivel económico, no he llegado a valorar ninguna opción porque la diferencia está más en la duración de contrato que en otra cosa. Pero, a pesar de eso, me gustaría aclarar que mi compromiso con el Levante es firme. Mientras yo este aquí defendiendo esta camiseta, no va a haber ninguna duda de que lo voy a dar todo en el campo", apuntó Rochina en declaraciones facilitadas por el club. Desde el 1 de enero, tiene la posibilidad de comprometerse con cualquier otro club de cara a la próxima campaña, aunque todavía no ha tomado una decisión final.

A pesar de las desavenencias y de que las conversaciones se encuentran en punto muerto desde hace meses, ninguna de las dos partes cierra la puerta a un acercamiento durante las próximas semanas. El primer requisito, certificar la permanencia. Algo para lo que sólo hace falta un triunfo más. A partir de ahí, el Levante deberá hacer números, tal y como explicó el secretario técnico azulgrana David Navarro en marzo. El fair play financiero manda: "Hubo una negociación con él pero no se llegó a un principio de acuerdo y ahora mismo está paralizada. Hay que ver la planificación cuando consigamos el objetivo, sentarnos, ver el presupuesto que tenemos y decidir si se avanza o no se avanza".