Rochina dispara al Levante

Casi la mitad del camino está hecho. El Levante recibía anoche a un rival directo en la lucha por la salvación y no falló. Los de Paco López apelaron a su talento y finalmente a la épica para llevarse una representativa victoria ante el Mallorca. Con 14 jornadas disputadas, los azulgrana ya han alcanzando los 20 puntos, dibujando una tendencia que invita al optimismo. Y el triunfo de ayer no resultó cómodo. Todo lo contrario. Estuvo envuelto de obstáculos.

Paco López sólo introdujo un cambio en el once, ya que Roger entró en lugar de Bardhi. Más dinamita. Aunque el Mallorca se alzó como el primero en golpear. En cuanto el balón echó a rodar, Febas descubrió la espalda de la defensa granota y Postigo arriesgó en exceso a la hora de incomodarle, ya que rozó el penalti. Mientras los jugadores del Mallorca se quejaban ante el árbitro, un futbolista del Levante se quedaba tendido en el suelo a unos metros de distancia. Era Melero. El madrileño, quien había arrancado el partido con un vistoso vendaje en su muslo izquierdo, se llevaba la mano a la zona. Concretamente a los isquiotibiales. Una lesión que le impidió continuar. No podían ocurrir más cosas en apenas 30 segundos.

Melero se lamentaba ostensiblemente al abandonar el campo. Lógico. Se acababa de asentar en la titularidad. Su sitio fue ocupado por Rochina y Paco López reestructuró la medular. El saguntino se colocó en la banda derecha, desplazando a Campaña al doble pivote. Una posición en la que el sevillano se siente mucho más cómodo.

El Mallorca entró en el campo con más ritmo que el Levante. Y acarició el premio a los doce minutos. Budimir fabricó un testarazo potente, picado y ajustadísimo al palo. Un remate perfecto. Entonces Aitor se vistió de gasto para llegar a un balón que parecía imposible y evitar un gol que ya celebraban los seguidores bermellones. El arquero guipuzcoano, una de las sensaciones de la Liga, decide partidos.

El Levante aplacó el arreón inicial del Mallorca y fue ganando peso sobre el campo, asociándose cada vez con más fluidez. Campaña y Rochina conectaron y el conjunto granota empezó a poner en apuros a un viejo conocido como Reina. El Mallorca, mermado por las bajas, comenzaba a sufrir. Sobre todo por las bandas. Y en una de esas, Miramón penetró hasta la línea de fondo y centró para que Mayoral, con la espuela, disparara a las manos del arquero malagueño.

El cuadro levantinista se adueñaba el partido, imprimiendo velocidad y haciendo daño a base de centros. Mientras tanto, el Mallorca, con serios problemas para construir fútbol, recurría a los balones largos. Pero los centrales atentos se mostraban atentos para anticiparse. Roger, activo e intenso como siempre, tenía hambre de gol. Igualado a tres tantos con Mayoral, quería reivindicarse. Y estuvo cerca de hacerlo pasada la media hora con un peligroso cabezazo cruzado tras un exquisito centro de Rochina.

Pero no iba a ser un partido plácido para Paco López. Al técnico valenciano le tocó reaccionar nuevamente ante una lesión. Esta vez, de Postigo. El central se dejó caer sobre al césped al sentir un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna derecha, por lo que se quedó fuera de combate. Duarte, quien llevaba un mes y medio sin jugar, le sustituyó.

El Levante debía sobreponerse. Y Roger, quien seguía con el gol entre ceja y ceja, despedía el primer acto con un remate de cabeza que se marchaba demasiado alto. Pero no iba a volver a fallar. El Pistolero daba la bienvenida al segundo período con otro testarazo. Pero este sí acabó dentro de la red. Miramón colgó un balón medido y el ariete valenciano se lanzó en plancha para superar a Reina con un movimiento de cuello perfecto. El de Torrent, con cuatro dianas, vuelve a liderar la tabla en solitario.

Era el minuto 51 y el Mallorca no bajó los brazos. Todo lo contrario. El conjunto de Vicente Moreno reaccionó y dio un paso adelante, encontrando lagunas en la banda defendida por Clerc. Take Kubo, la perla japonesa de sólo 18 años, rebosa talento y descaro. Es capaz de echarse el equipo a sus espaldas. Y el habilidoso extremo, cedido por el Real Madrid, puso a prueba a Aitor con un disparo de larga distancia. Precisamente, de una excelsa asociación entre el nipón y Sastre nació el tanto del empate en el minuto 64. Dani Rodríguez, llegando desde atrás y rodeado de cuatro defensas, realizó un remate duro e inapelable.

Entonces el partido entró en una fase peligrosa, con desajustes defensivos y demasiadas pérdidas inocentes en el centro del campo. En el peor momento del Levante, Rochina apareció para enseñar el guante que tiene en su pie izquierdo. El saguntino, quien ya había dejado muestras de su talento, lanzó un obús desde 25 metros que hizo inútil la estirada de Reina. Uno de los goles del campeonato. Renta recuperada y la grada estallaba. Faltaban veinte minutos para el final y el Mallorca puso toda la carne en el asador. El Levante, que apelaba a los contragolpes, sufrió un nuevo contratiempo en forma de lesión. Rochina se dolió del muslo en una carrera y se dejó caer. El Mallorca, en pleno ataque, se negó a lanzar el balón fuera para que atendieran al saguntino y, cuando se detuvo el juego, se disparó la tensión. Campaña perdió los nervios y fue expulsado por golpear a Dani Rodríguez.

Orriols acabó sufriendo pero de verdad. El Levante, con diez futbolistas y un Rochina que decidió acabar el partido porque los cambios de Paco López ya estaban agotados, apretó los dientes. Y Aitor volvió a ejercer de salvador para desviar un misil de Take Kubo. Un disparo de Abdón al larguero fue la última jugada del choque. Tres puntos defendidos con uñas y dientes.