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Quico Catalán en rueda de prensa
La vanidad de Quico Catalán
 

La vanidad de Quico Catalán

PASO OLÍMPICAMENTE ·

El presidente, tras la destitución de Pereira y la dirección deportiva, se sigue viendo capaz de liderar un Levante que en 2008 asumió cerca de la muerte clínica. Su propia situación de vulnerabilidad es mucho mayor que entonces

Martes, 30 de noviembre 2021, 12:15

«Vanidad de vanidades, dijo el predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad». Así comienza el Eclesiastés, uno de los libros del Antiguo Testamento de la Biblia. Vanidad, considerada uno de los siete pecados capitales por el dogma católico, es el eje argumental de la ... película 'Pactar con el diablo' (Taylor Hackford, 1997). «He estado aquí en la Tierra con mi nariz metida desde que todo comenzó. He nutrido cada sensación que el hombre se ha inspirado a tener. Me preocupé sobre lo que él quería y nunca lo juzgué. ¿Por qué? Porque nunca lo rechacé y a pesar de sus imperfecciones... ¡yo admiro al hombre!», proclama en el monólogo del final de la cinta Al Pacino, redondeando una fantástica interpretación como Lucifer. Hagan un ejercicio y -salvando las distancias, no quiero decir que el segundo sea una especie del primero- apliquen estas frases a un hipotético pensamiento de Quico Catalán: «He estado aquí en el Levante con mi nariz metida desde que todo comenzó en 2008. He nutrido cada sensación que el granota se ha inspirado a tener. Me preocupé sobre lo que él quería y nunca lo juzgué. ¿Por qué? Porque nunca lo rechacé y a pesar de sus imperfecciones... ¡yo admiro al levantinista!».

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