Costas retira parte de la barrera de la desembocadura del río Girona para reducir la insalubridad

Los problemas en la desembocadura del río Girona se repiten de forma cíclica. Con los temporales, la posidonia se acumula en este punto que delimita los términos municipales de Dénia y Els Poblets, provocando un tapón que causa después problemas de insalubridad por los malos olores y la concentración de mosquitos. Para tratar de paliar esa situación, el Servicio Provincial de Costas en Alicante ha procedido a retirar parte la barrera de grava depositada inicialmente para impedir la entrada de esa planta marina, pero que también evita que salga. De esta forma se abre parcialmente la desembocadura del río y con ello esperan reducir los problemas.

Desde hace tiempo, los ayuntamiento de ambos municipios llevan reclamando a Costas y a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) una solución definitiva. A mediados de agosto, el concejal de Playas de Dénia, Pepe Doménech, explicó que la medida de la barrera natural era insuficiente y fue necesario retirar toneladas de posidonia. El alcalde de Els Poblets, José Luis Mas, ya comentó a LAS PROVINCIAS en septiembre que «el estado del Girona es deplorable» y lamentaba la actitud de las administraciones responsables, que «se lavan las manos».

Ahora Costas ha dado el paso, pero no con una actuación que sea definitiva. El subdelegado del Gobierno en Alicante, Carlos Sánchez, ha señalado que «desde el Servicio Provincial se ha respondido de forma excepcional a la demanda de ayuda realizada por los ayuntamientos afectados como medida paliativa para intentar reducir los problemas de insalubridad pública, procediendo a la retirada parcial de la barrera de canto rodado».

La problemática existente desde hace años en la desembocadura del río Girona, de malos olores y proliferación de insectos debido al estancamiento de las aguas ante la falta de circulación de la corriente y la entrada de arribazones de posidonia con ocasión de temporales marítimos, se ha visto agravada actualmente por las bajas precipitaciones de los últimos meses, provocando un olor desagradable y un aspecto insalubre en el tramo final del río.

Con el objetivo de solucionar este problema, en el año 2021 se creó una Comisión Técnica con la presencia de las administraciones públicas implicadas, Administración del Estado (CHJ y Costas), y la administración local (ayuntamientos de Dénia y Els Poblets). En ella se adoptaron una serie de acuerdos, entre los que se encontraba una última limpieza y retirada de algas de forma extraordinaria del cauce en su tramo urbano por la CHJ, la formación de una barrera longitudinal de canto rodado, previa autorización del Servicio de Costas de Alicante, por parte de ambos ayuntamientos con su posterior gestión y mantenimiento, según hubiera temporal marítimo o precipitaciones pluviales.

La formación de la última barrera de canto rodado fue autorizada en septiembre de 2022 tras la petición formulada por el consistorio dianense.

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