R. D.
Dénia
Lunes, 28 de octubre 2024, 17:56
El Festival de les Humanitats de Dénia ha clausuró el sábado su tercera edición con un gran éxito rotundo de público y de calidad en sus debates, consolidándose como un referente del pensamiento crítico en el Mediterráneo. La jornada final ofreció una serie de ponencias y diálogos profundos sobre los límites que estructuran nuestra vida actual, aportando perspectivas críticas a los grandes desafíos de la humanidad. Con la participación de destacadas figuras de la ciencia, la filosofía, la sociología, la teoría política y la literatura, esta última jornada invitó a los numerosos asistentes a cuestionar las estructuras que modelan nuestras relaciones, nuestra libertad y nuestra visión del mundo.
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El día comenzó con una sesión en la que el catedrático de Sociología Antonio Ariño y el filósofo y astrofísico Juan Arnau han reflexionado sobre cómo los límites estructuran nuestras dinámicas sociales y personales. Para Arnau, la ciencia moderna, en ocasiones percibida como incuestionable, actúa casi como un mito contemporáneo. Esto, según él, nos lleva a ver los datos como verdades absolutas cuando, en realidad, «el dato es el hijo de la imaginación humana».
«Israel está ganando la guerra porque tiene mejor ciencia que Palestina o Irán», ejemplificó Arnau, señalando cómo el dominio científico puede inclinar drásticamente las relaciones de poder a nivel global.
Por su parte, Ariño introdujo en el debate los conceptos de libre albedrío y libertades individuales, y ha profundizado en la relación entre el individuo y la sociedad, resaltando cómo estas estructuras determinan nuestras percepciones y acciones, afirmando que el individualismo es un mito de las ciencias sociales.
La politóloga Máriam Martínez-Bascuñán y el profesor de Ciencia Política Luis Ramiro centraron la segunda sesión en los efectos del descontento ciudadano y el auge de movimientos populistas sobre las democracias occidentales. Martínez-Bascuñán señaló que esta crisis democrática se ha manifestado en discursos antiinmigración y en el ascenso de líderes autocráticos, destacando cómo «las fronteras abiertas ahora son sinónimo de pánico y pérdida de identidad», un sentimiento de autopercepción europea que, según ella, ha cambiado especialmente tras la guerra en Ucrania.
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En esta misma línea de pensamiento crítico, Ramiro remarcó que la polarización actual no solo ha distanciado a los partidos, sino también a la ciudadanía, generando una «polarización asimétrica» que debilita el sistema democrático. Ramiro advirtió sobre el papel de los «empresarios políticos» que han explotado los temores sociales, afirmando que «el problema no es tanto la polarización como los polarizadores». Finalmente, Martínez-Bascuñán instó a repensar una democracia inclusiva y multicultural, donde preservar los derechos individuales no implique cancelar los ajenos.
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La sesión de clausura del festival tuvo como protagonista a la escritora y periodista Nadia Muraveva, quien pronunció un emotivo discurso sobre la literatura como un refugio y un símbolo de resistencia en tiempos de crisis. Con una experiencia directa de la censura y la persecución en Rusia, Muraveva describió la escritura como una gran herramienta para imaginar un futuro mejor.
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Refiriéndose a su obra 'La Casa Grande', meditó sobre el poder de la palabra para desafiar las represiones y hacer visibles las verdades que los sistemas autoritarios intentan ocultar. «Los poetas debemos representar la voz de quienes no pueden alzarla ni ejercer su libertad», declaró Muraveva, y añadió que «los escritores que rechazamos la guerra nos enfrentamos a enormes desafíos, porque los partidarios de Putin viven en la ausencia de límites morales».
Durante el acto de clausura institucional del festival, el alcalde de Dénia y presidente de la Fundació Creativa Dénia, Vicent Grimalt, enfatizó el impacto del evento en un momento de desafíos sociales y políticos. Recordó que, al abrir el festival, habló de solidaridad y lealtad, de lo mejor de los seres humanos, y lo cerró pidiendo disculpas a la ciudadanía por las decepciones que puede causar la clase política, en referencia a la turbulenta actualidad política en España durante los últimos días. Este festival, según Grimalt, es un recordatorio de que hay muchas personas interesadas en mejorar las cosas. «No nos aferremos al desencanto. Vamos a romper los límites, porque podemos hacerlo mucho mejor», pidió el alcalde de Dénia, alentando a todos a quebrar barreras y trabajar por un futuro más esperanzador.
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En su mensaje de cierre, el director académico del festival, Josep Ramoneda, elogió la implicación de Dénia en el evento, señalando la sorprendente participación de público en esta tercera edición, y en especial la de muchos jóvenes de institutos y escuelas locales. «Esta gran respuesta es una afirmación de que el festival debe continuar», declaró Ramoneda, destacando también la creciente colaboración con la Academia Valenciana como un pilar fundamental para el futuro de este importante encuentro multidisciplinar, que un año más constató que la reflexión y el diálogo son esenciales para construir un mañana más humano y consciente.
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