Dénia da los primeros pasos para crear la ordenanza de prohibición de la prostitución

La capital de la Marina Alta ha comenzado a dar los primeros pasos para crear la ordenanza de prohibición y abolición de la prostitución. El Consell de la Dona de Dénia celebrado esta semana ha abordado esta cuestión y los distintos colectivos que participan han mostrado su interés en colaborar.

En la actualidad la ciudad carece de una ordenanza municipal específica para este tema. En la de convivencia ciudadana se recoge en el artículo 18 como infracción grave la práctica, ofrecimiento o demanda de servicios sexuales en la vía o espacios públicos. Pero nada se dice del ejercicio de la prostitución en lugares privados.

El concejal responsable de Igualdad y Protección Ciudadana, Javier Scotto, ha puesto de relieve la intención de que se trata de una cuestión compleja que va más allá de la sanción y que esta primera reunión ha servido para "pulsar las opiniones". Según recalca, pese a ser una competencia municipal, el gobierno local ha querido impulsarlo con el respaldo de los representantes del Consell de la Dona. El objetivo es sacar adelante una propuesta que aborde el tema de forma transversal y que tenga en cuenta un plan integral de asistencia, la búsqueda de alternativas para las víctimas y su empleabilidad.

En ese sentido, Scotto indica que hay un primer borrador al que se le irán añadiendo las aportaciones de los colectivos, de la policía, y de diferentes departamentos como el de Bienestar Social. También tendrán en cuenta aspectos relacionados con la prevención.

Al tratarse de una iniciativa compleja, "necesitamos la asistencia de varios técnicos". Junto a ellos, luego analizarán si las indicaciones aportadas tienen cabida y se realizará una nueva reunión para un borrador más completo. Cuando esté perfilado, pasará por pleno.

Uno de los elemento que va a servir para entender mejor la problemática y plantear líneas de actuación es el estudio de consumo de prostitución y masculinidades en la Marina Alta encargado por la Xarxa Comarcal d'Igualtat y llevado a cabo por la cooperativa de sociología La Dula. En él queda patente el cambio de modelo de consumo. Antes se concentraba en los clubs de alterne junto a la N-332 y la prostitución de carretera y esas modalidades están decayendo y dando paso a la que se ejerce en pisos y chalés en las localidades costeras.

Este trabajo también aborda el consumo de manera individual, que ofrece más discreción, y el colectivo, ya bien surgido como opción de ocio y fiesta, como fruto de la presión de grupo y que se da en los ámbitos sociales, laborales, deportivos y festivos.

El estudio pone de relieve la reducción de la asistencia en grupo a los clubs, que está derivando al tipo individual en pisos anunciados por internet. Además expone los discursos legitimadores que utilizan los denominados “puteros”. Entre esos argumentos destacan la opiniones de que “todos los hombres lo hacen”, “siempre ha existido”, “es un servicio para cubrir una necesidad básica”, “las mujeres lo hacen porque quieren” o que “ciertas prácticas sexuales no se hacen con la pareja”.

Una vez efectuado el análisis, este trabajo recomienda que la mujer que ejerce la prostitución sea el sujeto prioritario de las políticas públicas, fomentar los espacios de debate, trabajar en la prevención promover espacios mixtos y seguros e los ámbitos del ocio, el deporte y la fiesta. Asimismo, propone implementar medidas para prevenir el machismo, reducir la violencia e identificar a las víctimas de trata.

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