Dénia rinde homenaje a las víctimas de La Gran Redada

Dénia rindió homenaje el sábado a las víctimas de La Gran Redada. El castillo acogió este acto que conmemoraba los 275 años de la puesta en libertad de las personas de etnia gitana encarceladas a instancias de Fernando VI en esta fortaleza de la capital de la Marina Alta.

Este acto, organizado por el ayuntamiento en colaboración con la Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas de la Comunitat Valenciana (FAGA), contó con los parlamentos del alcalde, Vicent Grimalt; Abraham Santiago, gestor y coordinador de FAGA Alicante; el concejal de Cultura, Raúl García de la Reina, y la jefa del área de Arqueología y Museos de Dénia, Massu Sentí. Palabras que fueron acompañadas por piezas musicales interpretadas por Jorge del Kiri (voz), Lellany Lizana (teclado) y Fran Heredia (guitarra).

En 1749, en el Castillo de Dénia vivieron recluidas más de 800 mujeres, niñas y niños. Dos nuevos plafones informativos en la cima de la fortaleza, que fueron desvelados durante el homenaje, explican a los visitantes este triste episodio de la historia dianense. Uno de ellos muestra la ubicación del Cuartel de las Gitanas, en la batería norte del castillo, e incluye una restitución del que fue Cuartel de Infantes, después Cuartel de Gitanas, realizada por Miquel Ortolà Guinnot, miembro del Área de Arqueología y Museos.

El otro plafón recoge algunas citas sobre este episodio histórico y una relación alfabética de todas las personas recluidas en el castillo en ese año, extraída de una publicación del doctor Manuel Martínez para la revista 'Aguaits'. En el panel, el nombre de cada persona aparece acompañado de la edad que tenía en el momento de la detención.

El sábado, las peanas de ambos paneles se llenaron de claveles rojos depositados por el público en señal de recuerdo y de homenaje a aquellos gitanos y gitanas que fueron víctimas de esa infamia denominada La Gran Redada. Y es que, como dijo Vicent Grimalt, «la memoria es la única que nos puede salvar, como humanidad, de repetir actos indecentes que han marcado nuestra historia. Nuestra, sí, porque inevitablemente somos herederos de un pasado del que debemos aprender».

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