Una docena de personas se manifiesta contra los festejos taurinos en Dénia

Los alrededores de la plaza de toros de Dénia, en la que durante los próximos días se celebrarán los bous a la mar de las Fiestas Mayores en honor de la Santíssima Sang y que será el punto final, a su vez, de las entradas de bous de los días grandes de la ciudad, se convirtieron el viernes por la tarde en el escenario de la primera de las dos concentraciones previstas por otras tantas asociaciones animalistas para mostrar su rechazo al uso de animales en las fiestas.

En esta ocasión, fueron una docena de personas las que, convocadas por la Plataforma Animalista de la Marina Alta (PAMA) se concentraron a las puertas del coso para exigir que se celebre un referéndum popular para que sea la ciudadanía la que pueda decidir sobre la prohibición o no de este tipo de festejos.

Esa primera concentración tendrá su continuidad este mismo sábado cuando Dénia Animal Save llevará su propia protesta en un recorrido desde la calle La Vía hasta el centro social.

Su coordinador, Álvaro Tarancón, explica que, aunque no se le dé muerte al toro “sigue existiendo un maltrato hacia él”. En ese sentido, asegura que “no es un animal que sepa nadar y tampoco están acostumbrados a correr por ese recorrido con las temperaturas que ahora mismo se registran en Dénia”.

Además, Tarancón denuncia que “muchas de las personas que participan en estos festejos están ebrias y pegan al toro, le tiran de la cola, le humillan, le insultan… No se trata de que sólo por no matar al toro no exista ese maltrato” y lamenta que ese tipo de actuaciones “todavía no se visualizan como se debería” recordando, además, que “en el pasado ya murieron dos toros ahogados”.

En opinión del coordinador de Dénia Animal Save cada vez son más las personas que se oponen a este tipo de festejos y afirma que “son mayoría”. Sustenta en este sentido que “puede que haya mucha gente que no se posiciona ni a favor ni en contra, pero que en el fondo están en contra y no se posiciona porque tienen miedo por la humillación. Al final, estamos ante algo que se maquilla como una tradición y como patrimonio cultural de España”.

Muchas asociaciones animalistas celebran que, al menos en apariencia, la tauromaquia cuente cada vez con menos aficionados y esperan que, si no se consigue que se prohíba su celebración, la misma acabe muriendo por falta de interés popular. En ese sentido, Tarancón reconoce que tiene la sensación de que los postulados animalistas están “ganando la batalla. En Barcelona, por ejemplo, la plaza de toros es hoy en día un centro comercial. Si la población, como se está viendo, muestra cada vez un mayor rechazo, es una batalla que se ganará”.

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