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Nicolás Van Looy
Dénia
Lunes, 8 de agosto 2022, 13:18
Ruido hasta altas horas de la madrugada y una noche que se convierte en día. Eso es lo que, según denuncian, están viviendo más de 1.200 familias que residen en las proximidades de la feria que durante este verano se ha instalado en la zona de la avenida Miguel Hernández de Dénia y que según emana de la documentación mediante la que la concejalía de Territorio y Calidad Urbana dio el visto bueno a su puesta en marcha, tiene marcado un horario de funcionamiento que se extiende desde las 9:00 hasta las 00:00 horas.
Según denuncia Luis Daniel Martín, portavoz de los vecinos afectados, «mantuvimos una reunión con el Ayuntamiento y los feriantes y en ella se acordó que debían cerrar a las doce de la noche, pero están cerrando a la una de la madrugada».
Una situación que, asegura, ha derivado también en «contaminación acústica y lumínica que no sólo daña al medioambiente y a la salud de los vecinos, sino también al patrimonio de la propia ciudad de Dénia porque la feria está colocada a menos de 200 metros de la muralla de la ciudad, que es Patrimonio Histórico Español».
En este sentido, Martín explica que los vecinos «nos hemos puesto en contacto con Patrimonio y, efectivamente, nos han dicho que es una locura porque se están dañando los restos romanos, godos o visigodos que pudiera haber en la zona y que esta atracción debería estar colocada en otro sitio».
El portavoz de los afectados añade que «la feria está situada justo encima de lo que podrían ser restos godos y visigodos. De hecho, hace ya tiempo se intentó construir un centro de salud y una comisaría de policía y no pudieron hacerlo porque descubrieron que bajo el suelo había un cementerio, varias casas y más hacia la muralla data del Siglo I a.d.C hay muchos vestigios romanos. Nos hemos puesto en contacto con el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y nos ha confirmado que todas esas zonas deberían ser estudiadas por Patrimonio, que en 1985 lo declaró Patrimonio Histórico Español y, como tal, no debería situarse nada a menos de 250 metros».
Unas molestias que se extienden también al día a día de los afectados cuyas quejas, aseguran, están cayendo constantemente en saco roto. «Todos los días cada uno de nosotros llama unas 30 o 40 veces a la Policía Local, pero no ha venido ni una sola vez».
De nuevo, Martín explica que esas denuncias ante la Policía Local las hacen «en base al documento en el que el técnico del Ayuntamiento, los feriantes y nosotros acordamos la hora de comienzo y cierre de la feria así como los parámetros de ruidos y contaminación lumínica. Todo eso, se lo saltan a la torera. A partir de las doce de la noche la contaminación acústica supera los 80 decibelios en mi casa y la contaminación lumínica es como si fuera de día. Yo tengo una niña de cuatro años y mi hija no puede dormir».
Los afectados han pedido al consistorio dianense que medie en ese conflicto, pero, según su versión, la respuesta que reciben es que «al ser una finca privada el Ayuntamiento no pueden hacer nada».
Preguntado al respecto, el alcalde de Dénia, Vicent Girmalt, ha asegurado a LAS PROVINCIAS que «personalmente, no soy conocedor de todas esas quejas», aunque defiende que la feria sí cumple con el horario y la limitación de ruidos que se estipuló en la autorización de actividad.
De hecho, Grimalt subraya que «ya el año pasado se les condicionó el horario para que cierren a las doce de la noche y se estableció que no podían tener música. De hecho, no la tienen para que no moleste a los vecinos. Por lo tanto, ya no hay más».
El primer edil de Dénia ha sido tajante y afirma que los feriantes «tienen todas las autorizaciones y están en una parcela privada» y añade, incluso, que «para minimizar las molestias, este año tienen la luz directa para no tener que utilizar generadores. A partir de ahí, pueden presentar las quejas que quieran, pero si los feriantes cumplen con las normativas de ruido y horario, que es algo que, de momento, están haciendo a rajatabla, hasta ahí llegamos».
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Por lo tanto, las versiones de los vecinos y del Ayuntamiento son diametralmente opuestas. Tanto, que Grimalt ha afirmado que «no es verdad que cierren a la una de la mañana» y llega a ejemplificar el control que se ejerce sobre el nivel de ruido que genera la feria con el hecho de que «hasta las campanas que lleva el trenecito de la bruja las llevan forradas con tela para que no suenen».
Mientras tanto, los vecinos no descartan movilizaciones futuras. Luis Daniel Martín afirma que «nuestra intención es tender la mano al Ayuntamiento para que reaccione, quite de aquí la feria y se la lleve al puerto».
De hecho, según el portavoz de los afectados, «ninguno de nosotros quiere que los feriantes dejen de trabajar. No sólo por ellos, sino también por muchos vecinos que tienen niños y que quieren ir a las ferias; pero este no es el sitio. Lo que pedimos es que se ubique en un lugar en el que no moleste a nadie y ese sitio es el puerto».
Sin embargo, Vicent Grimalt explica que el cambio de ubicación desde el puerto a la actual parcela se acordó después de que «Puertos no les autorizara» a seguir usando aquel lugar, tras lo que «ellos se buscaron una parcela privada» e insiste en que los feriantes «cumplen con lo que tienen que cumplir».
El conflicto, por lo tanto, parece servido. De hecho, el portavoz de los vecinos subraya que «si el Ayuntamiento no responde, el año electoral va a ser caliente en cuanto a protestas. Hoy está Leónidas… imagínate a qué estamos dispuestos los Espartanos».
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