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R. González
Calp
Viernes, 10 de mayo 2024, 15:08
Las obras para sustituir los puentes del Mascarat y del Algar, entre Calp y Altea, de la Línea 9 del TRAM están en marcha y se prevé que puedan concluir a finales de año. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha visitado este viernes los trabajados que se están llevando a cabo en el primero de esos viaductos tras partir de la estación calpina. Allí ha puesto de relieve la inversión de 17,9 millones en esta línea para «acabar con la chapuza del Botánico» de trenes que no pasan por puentes.
El jefe del Consell ha recalcado la importancia de que el tramo Dénia-Benidorm se pueda realizar de forma directa, sin transbordo. Mazón ha insistido en la necesidad de ejecutar estas actuaciones «por seguridad, por sentido común» y para solucionar «en tiempo récord una de las mayores vergüenzas de la Comunitat y dejar de sufrir el bochorno de trenes que no pasan por los puentes».
En ese sentido, ha incidido en que la Generalitat debía actuar para resolver un problema que afecta a 400.000 personas «que viven aquí» y al más de un millón que acuden cada año a disfrutar de esta zona.
La Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, a través de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), tiene previsto concluir la construcción e instalación de los nuevos viaductos de Mascarat y Algar antes de que termine este año. El coste de estos trabajos están financiados por los fondos Next Generation de la Unión Europea.
En el caso del Mascarat, el actual viaducto, construido entre los años 1913 y 1915, se sustituirá por uno nuevo de similares características y con una estética similar al anterior. Tiene una longitud de 43 metros. Debido a la orografía, la operación será complicada y no podrá acceder maquinaria pesada. Primero habrá que retirar la estructura actual y desplazarla ligeramente antes de poder llevarla a tierra firme por culpa de una especie de visera que presenta la entrada del túnel. Después se procederá a trocearla y sacarla por partes.
También la colocación del nuevo puente resultará difícil, pues hay que seguir ese mismo proceso pero a la inversa. Llegarán en cuatro tramos que se irán uniendo y después, tras esquivar la visera, se ubicará en su emplazamiento definitivo.
El equipo de gobierno de Calp ha aprovechado este viernes la visita del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, para reivindicar los dos centros educativos pendientes del Pla Edificant: el segundo IES y el Colegio de Educación Especial Gargasindi. La mayoría de integrantes del ejecutivo local han acudido con camisetas para reclamar ambas actuaciones «ya». El portavoz, el nacionalista Ximo Perles, ha sido el encargado de trasladar la reivindicación a Mazón y le ha hecho entrega de un sobre con documentación en el que se podía leer en el exterior 'Alerta educativa! Seguim esperant'. Después la alcaldesa, Ana Sala, le ha recordado el «esfuerzo» que ha hecho el ayuntamiento para tratar de que se hagan realidad. El presidente no ha dudado en responder a ambos que la Generalitat tiene sensibilidad con los dos proyectos educativos y que va a tratar de buscar una solución técnica y presupuestaria adecuada lo antes posible. Además, tras recalcar que ese plan de infraestructuras ha sido «un fracaso», le ha recriminado a Perles que su partido, «que no ha sido capaz de traer los colegios en ocho años, nos los pida en ocho meses». Y para acabar de caldear el ambiente, Mazón ha dicho que le sorprendía que «venga de bombero el pirómano de Edificant».
Respecto al viaducto sobre el río Algar, se llevará a cabo un puente paralelo al existente. De esta forma, el actual viaducto se mantendrá pero se usará como pasarela peatonal, pues está catalogado como Bien de Relevancia Local.
Asimismo, mientras se realizan estos trabajos, se están ejecutando las actuaciones de emergencia en la zona del Mascarat para subsanar los daños que provocó el incendio del pasado enero. Unos trabajos que cuentan con un presupuesto de tres millones de euros. Entre ellos, están previstos la retirada de arbolado y la reducción de la erosión en taludes y laderas cercanas al trazado de la vía del TRAM.
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