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Cultivos. Vicent Mahiques y Joan Fornés pasean por uno de los campos en los que ya crece el trigo. Tino Calvo
Un paso firme para recuperar el trigo autóctono

Un paso firme para recuperar el trigo autóctono

LA REGIÓN OLVIDADA El proyecto 'Blat de la Marina' surgido en Jesús Pobre avanza con fuerza y cada vez cuenta con más bancales en la zona del Baix Montgó

R. GONZÁLEZ

Lunes, 28 de febrero 2022, 00:07

El mes de febrero llega a su fin y sigue sin caer un buen chaparrón. Vicent Mahiques y Joan Fornés pasean por los campos de Jesús Pobre y sus miradas van del cielo encapotado al verdor del trigo que cubre los bancales y que necesita de la lluvia para crecer con vigor. Ellos son dos de los impulsores de 'Blat de la Marina', un proyecto que persigue un doble objetivo: recuperar semillas autóctonas de trigo y lo hace en bancales que estaban abandonados.

La iniciativa surgió de la Associació Sociocultural Mercat del Riurau de Jesús Pobre, a raíz de la Festa del Batre. Aunque a Mahiques también le gusta decir que todo arrancó de una «cuadrilla de románticos». Esta fiesta se empezó a organizar para celebrar el aniversario del Mercat del Riurau, relatan él y Fornés. Era 2016 y les costó encontrar trigo para trillar. Entonces se plantearon la posibilidad de cultivarlo ellos con agricultura ecológica.

El primer bancal fue uno de Joan Fornés y luego incorporaron más de la zona del Baix Montgó. Según apunta Vicent Mahiques, «antes este valle era conocido como el granero de la Marina».

En la actualidad cultivan cerca de un centenar de hanegadas y el pasado verano cosecharon 11.000 kilos

Poco a poco también han conseguido incrementar el número de semillas autóctonas. Ahora cultivan media docena de variedades. Son fartó, rojal (aportada por el benissero Carlos Bañuls), amorós blanco y amorós colorado (llegados desde Benilloba), assolacambres (traído desde Benissa) y xeixa (proveniente de Mallorca, pero que según los historiadores estaba en la costa mediterránea).

Entre finales de agosto, septiembre y octubre preparan la tierra. Esta variedad de cereal la suelen plantar en octubre o noviembre. Después, al ser de secano, hay que esperar que la naturaleza haga su parte y proporcione la lluvia necesaria. Y entre finales de junio y principios de julio se cosecha.

Es esta última parte la que más le cuesta a la asociación, así que optó por impulsar un 'crowdfunding' y consiguió el dinero para comprar su propia máquina cosechadora.

'Blat de la Marina' avanza con fuerza. La iniciativa, que hace pocos años empezó con poco terreno, en la actualidad cuenta con 96 hanegadas. Y esa cantidad puede seguir creciendo porque hay propietarios de bancales abandonados que se han puesto en contacto con los impulsores del proyecto, único en la Comunitat, para cederles el uso. Fornés señala que sería interesante «poner esos terrenos en marcha para que produzcan» y que después los dueños les den continuidad. El trabajo de recuperación de variedades autóctonas está dando sus frutos. La cosecha del pasado verano superó sus expectativas, con 11.000 kilos de trigo ecológico. Este año dependerá de las lluvias.

Una vez cosechado, la paja se compacta en balas, que venden para alimento de los animales. Y el grano se lleva a moler en un molino local que compró uno de los miembros de la asociación para hacer cerveza artesanal, en la que incluye trigo en su elaboración.

La harina integral obtenida se pone a la venta y ya son varios los panaderos que la usan, como Raquel López Van Beek, que fue campeona júnior de la Copa de Europa de Panadería y ahora tiene el obrador Beekery de Dénia. También el chef Pepe Romany, del restaurante Pont Sec, ha decidido incluirla en sus cocas.

Además, en el Mercat del Riurau se ha creado una parada denominada 'El raconet del pa'. Cada domingo acude un panadero para mostrar sus productos y también se puede adquirir la harina.

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