Un poco de suerte
LA TRONERA ·
Isabel Ferrando
Dénia
Martes, 4 de enero 2022, 16:04
Secciones
Servicios
Destacamos
LA TRONERA ·
Isabel Ferrando
Dénia
Martes, 4 de enero 2022, 16:04
Conozco la historia de una señora que no sabía hacer ganchillo y este año ha montado un belén preciosísimo, incluyendo a los tres magos («que no eran reyes, eh, eran magos»), tejidos en lana de colores gracias a una serie de tutoriales en YouTube. Ha pasado semanas preparándolo y le ha quedado tan bien que se lo ha regalado a su nieta.
Conozco la historia de un señor que no sabía cocinar pero que aprendió a hacerlo cuando se dio cuenta de que nadie le iba a preparar las habas como a él le gustaban. Y en temporada, me llamaba por teléfono y me decía “ven, que he hecho habas”. Y yo iba con mis tuppers, porque él hacía unos pucheros enormes ya que “si haces menos, no salen bien”. Por mucho que intento hacerlas yo, no saben igual.
Conozco la historia de una adolescente que dejó los estudios y que la vida le llevó por aquí y por allá. Y ya adulta, decidió sacarse la carrera y hoy es profesora en un colegio de aquí. Y conozco la historia de otro adolescente al que le pasó lo mismo y también hoy es maestro, aunque vive más lejos. Y ambos, que no sé si se conocen entre sí, son felices en ello.
Conozco la historia de un joven que con su carrera, con su puesto de trabajo en la City, con su sueldazo y con todos sus bonus, decidió romper con todo, estudiar música en serio y hoy vive de ello. Quizá con menos dinero, sí, pero si le preguntas, no lo cambia por aquello. Conozco también la historia de una joven que también con su carrera, su despacho y su dinero, renunció al mundo y hoy es religiosa de clausura. Descalza.
Conozco muchas historias así. Da igual la edad, la condición, los antecedentes, o lo difícil que algo sea. Da igual que por el camino fracasemos, aunque el fracaso es duro, no se crean. Lo importante es saber lo que uno quiere, desde las cosas pequeñas hasta las grandes. Pero hace falta algo más para conseguirlo.
Así que si algo le pido le hoy en mi carta a los Reyes Magos (que sí, que vale, que eran magos a secas) es que nos concedan a todos la capacidad de discernir qué es lo que de verdad queremos, la fuerza de voluntad para poder hacerlo y un poquito de suerte, una pizquita, para que llevarlo a buen término.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.