Preservar la Historia

Ya me conocen. Soy de las que piensa que cuanto menos intervenga la administración pública en las cosas privadas, mejor le va a un país. Que el viejo aforismo de «tanta libertad como sea posible y tanta autoridad como sea precisa» sigue estando en vigor, hoy más que nunca, sobre todo cuando hemos asistido sin pestañear a un cercenamiento general de las libertades y derechos ciudadanos que a la postre se demostró ilegal. Porque lo era.

Pero eso no quiere decir que no crea que hay cosas que deben estar en manos públicas, que son las manos de todos, lo que va muy parejo al concepto que tenemos de Estado de Bienestar: la Salud, la Educación, la Defensa, etc. Y una de esas cosas que creo que se debería proteger con el dinero que entre todos ponemos vía impuestos, es la preservación de la Historia.

No me refiero a quitar calles de aquí y de allá, o a reinterpretaciones descontextualizadas del pasado. Me refiero a la conservación real y efectiva de dicha historia, tal y como sucedió. Desprovista de cualquier tipo de sentimentalismo, que no de sentimientos si es reciente. Porque está claro que no nos afecta lo mismo la Guerra de la Independencia que la Guerra Civil.

Pero bueno, al lío: que a través de Las Provincias me he enterado de que una señora falleció en Dénia en 2004 sin testamento ni herederos, y que cuando fueron a entrar a ver lo que tenía, encontraron una colección tremenda de medallas nazis y franquistas y monedas de la corona austrohúngara. Y resulta que esta colección, junto con el resto de bienes de esta señora, va a subastarse en breve por parte de la Generalitat.

En concreto allí había una Encomienda de la Orden del Águila sin espadas, una Cruz de la orden Isabel la Católica, una placa de la Gran Cruz de la Orden al mérito civil y 31 monedas de la corona austrohúngara acuñadas en 1915. Todo ello, según informaciones de este mismo diario, ha sido tasado en algo más 50.000 euros.

Que sí, que 50.000 euros es dinero. Pero es muy muy muy poco, poquísimo, comparado con el dinero público que invertimos en la compra de arte y piezas valiosas por parte de los diferentes museos de la Comunidad Valenciana. Que no entiendo, digo, por qué ya que las tenemos –todos los valencianos- a ese precio (que ahora mismo es 0 porque las hemos heredado de la señora esta), en vez de venderlas, que nos van a dar poco más de 50.000 euros, no las conservamos para su custodia y exposición. Que estaría bien que las pudiéramos preservar para que las vieran las generaciones actuales y futuras. Que eso es, de verdad, Memoria Histórica.

• Temas
• Nazismo
• Dénia