«Sanidad nos quita nuestra dignidad, en el Hospital de Dénia vamos por detrás en sueldos pero con más faena»

Las movilizaciones que se han producido este martes en distintos puntos de la Comunitat Valenciana por el decreto de las nuevas macro áreas sanitarias y la movilidad de médicos y para reclamar condiciones laborales justas adquieren un matiz especial en el caso del departamento de salud de Dénia y de su hospital. La anhelada reversión, que se hizo efectiva el pasado 1 de febrero, ha acarreado efectos que los trabajadores para nada deseaban. El personal laboral a extinguir, procedente de la plantilla de la concesionaria, se ha convertido en «trabajadores de segunda», según critican desde Comisiones Obreras, UGT e Intersindical Salut, frente a las condiciones que tiene el personal estatutario, que dependía de la conselleria. «Sanidad nos quita nuestra dignidad, en el Hospital de Dénia vamos por detrás en sueldos pero con más faena», reprocha Rubén San Pablo al gobierno autonómico.

San Pablo es administrativo con contrato indefinido desde 2015. Después de nueve años cobra un sueldo mínimo y que en todo ese tiempo con Marina Salud, la concesionaria, sólo experimentó una subida de 30 euros al mes en 2022. Por ello, él y otros compañeros en su misma situación reclaman un «salario digno».

Desde la reversión, han comprobado que las diferencias de horas de trabajo y de dinero que perciben muestran una brecha importante. Rubén San Pablo puede coincidir en un turno con otro trabajador de su misma categoría y ambos percibir diferente cuantía por la misma actividad. Según explica, el personal laboral a extinguir, como es su caso, trabaja 40 horas semanales, frente a las 37,5 de los estatutarios. Pese a hacer más horas, al final del año el total de sus nóminas puede llegar a reflejar hasta 7.000 euros menos, según han denunciado los sindicatos y también el propio San Pablo.

Esta situación está creando malestar entre el personal del departamento de salud. En el ambiente se perciben dos bandos, el formado por quienes antes pertenecían a conselleria y los que dependían de la concesionaria. Eso genera una tensión y una especie de enfrentamiento interno dentro del Hospital de Dénia por un factor involuntario y que no está en manos de los trabajadores, sino de la administración.

Y lo que acaba de rematar esa sensación de frustración es que, cuando miran hacia las plantillas de las áreas que antes tenían concesiones, como Alzira y Torrevieja, sus trabajadores cuentan con mejores condiciones económicas. Un administrativo de Dénia cobra 16.646 euros brutos anuales frente a los 22.303 euros de alguien de la misma categoría en La Ribera. Además, Manises, que está a puertas de la reversión, también regresará a la gestión pública con mejores salarios. «Ante todo eso nos sentimos ninguneados», afirma con enfado Rubén San Pablo.

Empleados laborales a extinguir se han concentrado esta mañana ante la entrada del Hospital de Dénia, estampa que se ha repetido en otros puntos como el HACLE de La Pedrera. Los representantes de CCOO, UGT e Intersindical han recordado en varias ocasiones las palabras del conseller de Sanidad, Marciano Gómez, cuando acudió el 1 de febrero y aseguró que no habría trabajadores «de segunda». Le han recriminado que no haya cumplido con lo que les dijo, que permita esa «brecha» y que no busque una solución.

Los sindicatos han criticado las macro áreas y la movilidad forzosa del personal, pues consideran que la conselleria se limita «a desvestir a un santo para vestir a otro en lugar de contratar el personal necesario». En su opinión, ese decreto no sólo empeora las condiciones del personal, sino que acaba repercutiendo en la atención que se presta a los ciudadanos, ya que un día una persona puede tener cita en Dénia con el especialista que le ha tratado siempre o con su médico de cabecera y encontrarse con que le atiende un facultativo del Hospital de Sant Joan al que han movilizado provisionalmente.

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