Seis años de denuncias vecinales en Dénia por la insalubridad de una casa abandonada frente a la playa

Seis años llevan ya los vecinos de una urbanización de Dénia denunciando los problemas de insalubridad que supone una casa abandonada en la calle Boga, en primera línea de playa. Con el paso del tiempo, la situación de esa vivienda, con dos edificaciones de una planta que en algunos momentos ha tenido okupas, se ha ido deteriorando más y más. Los residentes se quejan de que «ha empeorado notablemente». Y no sólo eso, aseguran que «desde las terrazas vemos pasar las ratas y algún día podría haber un incendio con toda la basura acumulada y la vegetación seca».

Los vecinos están cansados de ver que cada día «va a peor» y que sus reclamaciones periódicas no parecen surtir efecto en las autoridades locales. Las ventanas están rotas, el interior, destrozado y el exterior muestra un aspecto de abandono total y con sillas rotas, mesas desvencijadas, persianas por el suelo y envases de plástico tirados. «Es un auténtico estercolero y se ha llegado a un extremo que ya no se puede soportar», afirman quienes viven al lado.

Y todavía sigue allí el cartel caído que anunciaba la «próxima construcción de una villa de diseño». Un proyecto que quedó relegado al olvido igual que el mantenimiento de la parcela.

Lo más preocupante, añaden los residentes de las urbanizaciones vecinas, es el aspecto sanitario. Además de la basura y la vegetación seca que fomentan la presencia de roedores de buen tamaño, el hecho de que la parcela, encajonada entre dos urbanizaciones, carezca de vallado permite que entren perros allí y hagan sus necesidades sin ningún tipo de obstáculo. También los niños pueden acceder sin ningún problema.

El administrador de una de las urbanizaciones se ha dirigido en varias ocasiones al Ayuntamiento de Dénia para alertar del estado de esta casa que se encuentra en primera línea cerca del inicio de la playa de Les Marines. También han hecho lo mismo algunos vecinos de forma particular. Sus primeras reclamaciones para exigir la limpieza de ese se remontan a 2018 y después han continuado de forma sistemática casi de forma anual.

Las últimas respuestas que han obtenido, según cuentan, explican que están en fase de multas coercitivas. Al parecer, el pasado año ya iban por la cuarta. También les comentaron que no localizaban al propietario. «Hasta que no lleguen a diez no expropiarán», añaden los residentes de las urbanizaciones, algo que les resulta desesperanzador al pensar los años que deben transcurrir hasta que se haga algo allí.

La edil de Territorio y Calidad Urbanística, Maria Josep Ripoll, pide paciencia a los vecinos de la zona porque, según recalca, los procesos administrativos en estos casos son «largos y tediosos». Todo sería diferente si hubiera peligro de daño en la vía pública, como en el caso de edificios en los que pudieran caer cascotes u otros elementos de la construcción y los viandantes pudiesen resultar heridos. Entonces sería más rápido.

Sin embargo, al ser una vivienda de una única planta y dentro de una parcela, esa situación no se da. De manera que el camino es más lento.

En ese sentido, Ripoll recalca que en otros casos similares el ayuntamiento ha acabado demoliendo la edificación y pasando la factura al dueño. «Pero eso requiere tiempo», insiste la regidora. También señala que a veces se encuentran con el obstáculo de que no localizan al propietario o no hay. Entonces, si el consistorio asume el coste de derribo, después no podría cobrárselo a nadie.

• Temas
• Playas
• Dénia
• Casas
• Okupas