Vecinos y comerciantes reclaman a Dénia que rediseñe el proyecto de la Glorieta y les garantice el acceso

Vecinos y comerciantes del entorno de la Glorieta de Dénia están que trinan con el ayuntamiento por el proyecto de reubanización de la Glorieta y su entorno. Están contentos con el hecho de que se vaya a actuar y se mejore la zona. Les gustaba la propuesta que les presentaron inicialmente, pero este miércoles han descubierto que se ha producido modificaciones importantes. Por ello, han reclamado que se rediseñe la última versión de peatonalización y que se les garantice que, al igual que en otras zonas, se les garantice que podrán acceder para cargas y descargas.

En un principio la peatonalización se iba a llevar a cabo tras un cambio de pavimento y supresión de aceras, que dejaría el anillo exterior de la plaza al mismo nivel. Por él podrían entrar los vecinos y comerciantes cuando necesitaran dejar la compra, o cuando los transportistas acudieran a llevarles mercancías para sus negocios. Pero no sería una zona de circulación ni aparcamiento.

Según los residentes y empresarios, eso ha cambiado. El Ayuntamiento de Dénia ha decidido aprovechar para incluir obras de alcantarillado, lo que implicará la presencia del arqueólogo en cada una de las tres fases en las que se divide la actuación, lo que retrasará las obras.

A eso le añaden que el adoquinado entre la parte central de la Glorieta y las fachadas de los edificios estará en pendiente para recoger la lluvia y desaguar. También plantarán ocho plataneros, que dejarán un espacio muy ajustado para los vehículos de emergencias y a los vecinos y comerciantes no se les permitirá acceder con sus coches o con los camiones de reparto. Desde el gobierno local han indicado que son para “ganar zona de sombra”.

En ese sentido, los residentes y empresarios han lamentado que este nuevo modelo va a suprimir once plazas de carga y descarga y en compensación sólo se habilitará una en la calle Ramón y Cajal. De hecho, ya hay algún proveedor que obliga a su cliente a salir fuera del casco urbano a recoger las mercancías que le lleva porque no quiere entrar desde que se cerró al tráfico parte de la Glorieta.

Ante esta situación, han insistido en que no piden poder aparcar delante de sus casas o negocios, sino que les faciliten el acceso para entrar a descargar. Estos problemas ya los están notando. Incluso hay algún vecino al que por parar para bajar la compra le han puesto una multa y al preguntarle al agente que de forma se podría proceder para evitar las sanciones le indican que se dirija al ayuntamiento. Y desde el consistorio les dicen que hablen con la Policía Local.

Esta problemática se podría agravar con el nuevo trazado previsto, estrecho y sin espacio carga para atender a los vecinos y comercios de la zona. Algunos de ellos incluso han comentado que “parece que nos quisieran echar de nuestras casas”.

En ese sentido, la plataforma Obrim el Centre ha recalcado que se está haciendo una “ciudad amable para los turistas, pero no para los que viven allí”. Y al trasladárselo a la concejal de Territorio, Maria Josep Ripoll, en la presentación, “su respuesta fue que cambiemos los hábitos de vida”.

Asimismo, desde este colectivo han criticado el “agravio comparativo” que va a suponer esta actuación con respecto a otras realizadas antes. Como ejemplo ha recordado que en Les Roques los vecinos tienen reservado espacio para aparcar y en Sandunga, un vial peatonalizado donde no se puede circular ni aparcar, pero en el que los bolardos se bajan para que los vecinos puedan acceder para descargar. Y es precisamente esto último lo que han reivindicado para la zona de la Glorieta.

Las obras de reurbanización saldrán a licitación por un presupuesto de 1,2 millones de euros. El 60% lo financiará la Diputación de Alicante y el resto lo aportará el ayuntamiento a través de la subvención de los fondos europeos Next Generation.

Los trabajos se llevarán a cabo en tres fases. La primera se centrará en la Glorieta. La segunda afectará a la calle Ramón y Cajal y callejón de Morand, mientras que la tercera se llevará a cabo en la calle Cop. La intención inicial es que arranquen en julio, aunque todavía no hay fijada una fecha y podría pasarse a después del verano.

En un principio, el plazo de ejecución es de 9 meses. Sin embargo, el tiempo en el que permanecerán levantadas las calles se incrementarán al tener que intervenir el arqueólogo, que dispondrá de un periodo de hasta cuatro meses en cada una de las fases. De hecho, residentes y empresarios han expresado su temor de que puedan durar más de un año y que se vean afectadas dos campañas estivales.

Para evitar los perjuicios que pueden acarrear las obras, los vecinos y comerciantes han solicitado que se abra temporalmente la calle Marqués de Campo. Petición que se ha dado de bruces con la negativa municipal.

• Temas
• Comercio
• Dénia
• Aparcamiento
• Urbanismo y construcción