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Miércoles, 23 de junio 2021, 23:47
Los vecinos de la zona de la desembocadura del río Girona están notando en los últimos días que el agua presenta un color verde extraño ... y, además, de él emanan malos olores. Una situación que están sufriendo tanto los de la margen que pertenece a Els Poblets como los del lado de Dénia y que han denunciado.
Están «indignados» porque este problema no es nuevo para ellos y ya están cansados de dirigirse al ayuntamiento, destacó una de las personas afectadas. Cada vez que empieza el calor les toca sufrir lo mismo. Normalmente solía ocurrir con el verano más avanzado, pero ahora las altas temperaturas de las últimas semanas parecen haber adelantado los efectos en el río.
Según señalaron unos vecinos, el caudal presenta una tonalidad verdosa opaca. Alguno incluso matizó que parecía un «verde radiactivo». También insistieron en que en ocasiones les llegaba un hedor como a «aguas residuales». Un olor que se acrecienta cuando el viento sopla de poniente.
Hay momentos, relató una afectada, en los que los que viven allí apenas detectan el tufo, pero cuando llegan visitas a sus casas les preguntan que cómo pueden soportarlo.
Residentes de la zona indicaron que solía haber dos motivos para que el agua adquiriera esa tonalidad y para el olor. El primero era que se hubiera producido algún vertido de la depuradora, lo que en su opinión podría explicar la peste a restos fecales.
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La otra posibilidad obedecería a aguas estancadas y algas en estado de putrefacción. Sin embargo, los vecinos matizaron que el cauce no está cerrado.
Algunos vecinos ya han trasladado su malestar al Ayuntamiento de Els Poblets. Su alcaldesa, Carolina Vives, reconoció que se trata de un problema que se repite año tras año. «Es lo de siempre, cuando hace calor y el agua se estanca, huele«, remarcó, y añadió que entendía las quejas.
La munícipe hizo hincapié en que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), organismo competente, era conocedora de la situación. «Lo sabe y no hace nada», le reprochó la alcaldesa.
Vives insistió en que tanto ella como el responsable de Playas de Dénia, Pepe Doménech, estaban en contacto para solventar la situación. Según explicó, desde la capital comarcal pensaban hacer un canal artificial pero que las últimas lluvias había abierto uno de forma natural. De manera que ahora quedaba la zona de Els Poblets.
Al respecto, declaró que el ayuntamiento tiene que examinar el presupuesto municipal y ver qué se puede hacer para conseguir que fluya el agua y acabar con la putrefacción.
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