El pintor Antonio Torres junto al cuadro de la Virgen de la Soledad. R. González

La Virgen de la Soledad traspasa el alma en Ondara a través de las pinceladas de Antonio Torres

El cuadro, bendecido por el arzobispo de Valencia, forma parte de los presentes que la feligresía ofrece a su patrona con motivo de su centenario

R. González

Ondara

Lunes, 19 de junio 2023, 19:37

La Virgen de la Soledad cumple su centenario como patrona de Ondara. Ha pasado un siglo desde que el Papa Pío XI rubricara el decreto el 13 de junio de 1923. Desde este domingo los vecinos cuentan con una nueva imagen de ella muy especial Se trata del cuadro 'Cien años de Soledad', en el que la Virgen, a través de las pinceladas de Antonio Torres, logra traspasar el alma de toda aquella persona que se acerca a la iglesia y contempla la pintura.

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La Comisión de Fiestas le hizo el encargo al pintor afincado en Ondara y especializado en temas de ballet. En enero dejó todo lo que tenía en marcha para centrarse en esta encomienda. Tras nueve días haciendo bocetos y viendo las distintas posibilidades de plasmar todas las ideas que le rondaban por la cabeza. La patrona tenía que ser sin duda la gran protagonista, pero debía estar en armonía con el resto de elementos. Así fue como empezó a cobrar vida el lienzo de casi dos metros de altura.

Con su porte majestuoso, su cara tan característica, sus emotivos ojos, sus manos entrelazadas y su nuevo manto de color negro con matiz de azul, la Soledad cautiva al espectador y más al tratarse de una pintura de aspecto luminoso y cotidiano, en contraste con los tonos más oscuros que suelen predominar en buena parte de los cuadros de temática religiosa. Con ello el autor pretende que, con el paso del tiempo, para las futuras generaciones siga pareciendo contemporánea.

R. G.

Torres no sólo quiere hablar de la Virgen con esa imagen, sino también de Dios y de Jesús. Eso lo refleja por medio del rosario que cuelga de sus manos, que acaba en una cruz sostenida por una figura piramidal conocida como 'El ojo de Dios'.

La cara, según reconoce el artista, es lo que más le preocupaba y al final ha conseguido salir airoso al darle un toque más humano. Según el artista, partiendo de su estilo ha intentado captar el parecido físico y también el alma.

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Le ha ayudado mucho el haber tenido la imagen a su lado. El haber tenido la oportunidad de visitarla en la capilla gracias al párroco ha resultado fundamental. Acudía por la noche e incluso se quedaba hasta la madrugada. «Don Joaquín ha sido muy amable facilitándome el acceso a la iglesia», reconoce el pintor, y añade que ha vivido «momentos increíbles».

La aureola que rodea a la Virgen lleva el nombre del cuadro y, además, tiene representados los cuatro mantos que ha lucido en este siglo. Pero se ha permitido la licencia de cambiar los colores y convertir el negro en oro y los bordados dorados pasan a ser rojos.

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Antonio Torres ha querido que la patrona estuviera rodeada de elementos relacionados con esos cien años y con su municipio. Entre la aureola y la silueta de la patrona se distingue una panorámica de Ondara, como si a su espalda estuviera el pueblo que protege.

Detalles del cuadro R. G.

A sus pies hay un camino de baldosas negras y blancas, como las del convento. Y sobre él descansan dos joyeros con regalos que recibió. En uno de ellos se puede leer en los envoltorios el nombre de los pintores que en estos cien años han plasmado a La Soledad. Destaca a su lado un papel rojo con el himno se que ha creado para la patrona, incluyendo una mención a sus autores.

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Cerca de uno de los joyeros aparece una bandeja. En ella se encuentran restos de la primera imagen que se hizo y que quedó destruida durante la guerra.

En la parte central del camino de baldosas aparece un cáliz, sobre el que se alza un globo terráqueo. Y en la parte inferior, en primer plano, un libro abierto simboliza la Biblia. En la página de la derecha se lee un fragmento de un evangelio de Lucas, que recoge las palabras de la Virgen a su prima Santa Isabel durante la visitación. En la situada a la izquierda se detallan los presentes con motivo del centenario: el manto, la campana, el himno y la pintura. Todo ello escrito con un lápiz que captura la atención.

El cuadro y el resto de presentes fueron bendecidos el domingo por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, dentro de los actos organizados con motivo del centenario. Además de la pintura, también bendijo la nueva campana mayor, denominada 'Virgen de la Soledad', que pesa 650 kilos. Otra de las ofrendas era el nuevo manto, confeccionado por Bordados Barber y consagrado por el obispo emérito de Huelva. También tuvo su momento el himno del centenario, del compositor Víctor Vallés.

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Y la última de las bendiciones tendrá lugar el próximo 16 de julio durante el último acto conmemorativo. Será la del retablo de cerámica de la Virgen que irá en el cementerio municipal.

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