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Nicolás Van Looy
Benidorm
Sábado, 12 de febrero 2022, 07:38
Como fichas de dominó, las restricciones que han mantenido maniatada a la población mundial, con mayor o menor intensidad dependiendo del momento, y que han afectado de forma contundente y letal a la industria turística han comenzado a caer. Con los gobiernos –y los ciudadanos– deseando poder dar por oficialmente superada la crisis coronavírica, el principal sector productivo de la Comunitat Valenciana vigila las pantallas de los ordenadores conectados con las centrales de reservas y cruza los dedos para que los datos que en ellas se reflejan, y que apuntan a un verano histórico, no se vean truncados, como ocurrió a finales de 2021, por un nuevo revés sanitario.
Por el momento, y mientras los diferentes destinos de la Costa Blanca y del resto de la Comunitat Valenciana atraviesan los que, incluso en circunstancias normales, son los meses más complicados de todo el año, todos los actores de este negocio tienen motivos para mostrar un moderado optimismo que, además de por los datos a futuro, se ve refrendado por las estadísticas que apuntan a una recuperación todavía en pañales.
Uno de los indicadores más importantes, especialmente para los destinos vacacionales –aquellos que tradicionalmente y en la Comunitat Valenciana se han denominado como de sol y playa–, es el del volumen de pasajeros y operaciones que registran los tres aeropuertos de la región: el Miguel Hernández de Alicante-Elche, el de València y el de Castellón.
Según los datos estadísticos publicados por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), empresa que se encarga de la gestión de los dos aeródromos principales, se aprecia una fortísima recuperación si se toma como referencia el mes de enero del pasado año, en pleno estado de alarma y con buena parte de Europa habiendo impuesto duras restricciones a la libertad de movimientos.
Así, y mirando únicamente la variación interanual, los 473.135 pasajeros que pasaron por la terminal del aeropuerto alicantino en enero de 2022 suponen un aumento del 512% respecto a los que lo hicieron doce meses antes. Una subida que, en el caso de València, el del 227% tras pasar de los 72.558 de 2021 a los 338.311 del pasado mes de enero.
Aunque opera fuera de la red de AENA, la mejoría también se ha dejado notar en el Aeroport de Castelló, que mejoró sus datos en un 141% pasando de los 783 pasajeros de 2021 a los 1.889 de 2022.
Pero esa es una realidad absolutamente distorsionada por la extraordinaria situación que se vivía en el primer mes del pasado año. Por ello, si se rebobina un poco más y situamos la comparativa en el último mes de enero previo al estallido de la pandemia, el de 2020, la situación, aunque negativa, da motivos para la esperanza.
En un mes que comenzó, cabe recordarlo, con el Viejo Continente sumido en una nueva ola pandémica y en la que sólo algunos países relajaron sus medidas en su tramo final, los aeropuertos de Alicante-Elche y de València se dejan un 40% de pasajeros respecto a los que transitaron por sus terminales en 2020, una cifra que se situó en 743.713 para el aeródromo de la Costa Blanca y en 561.235 para el de la capital del Turia.
Donde la caída sigue siendo mucho más acentuada es en el tercer aeropuerto valenciano, el de Castellón, donde el descenso entre 2020 y 2022 es todavía del 75%, manteniéndose muy lejos de los 7.462 pasajeros de aquel último mes de enero de normalidad y siendo el actual su peor registro después del ya mencionado de 2021 y de los 171 pasajeros que pasaron por su terminal en enero de 2015, el primero del que hay datos para esa infraestructura.
Con todo, los tres aeropuertos de la Comunitat Valenciana totalizaron este mes de enero 813.335 pasajeros en sus terminales, lo que supone un descenso del 38% respecto a los registrados hace ahora dos años, cuando esa cifra se situó en 1.312.410.
La buena noticia, dentro de esa ensalada de números, es que el aeropuerto Miguel Hernández de Alicante-Elche, el que siempre ha sido el líder valenciano en número de pasajeros y operaciones y el que da servicio a algunos de los principales destinos turísticos de la Comunitat, como es el caso de Benidorm, es el que mejor se comporta ahora, por lo que esos porcentajes deben traducirse necesariamente como la antesala del empujón definitivo que necesita la industria turística para salir del atolladero en el que entró hace ya dos años.
En su caso, los 473.135 pasajeros que usaron sus instalaciones este mes de enero suponen, es innegable, un mal dato comparado con los últimos ejercicios prepandémicos y, vistos en la serie histórica de la última década, colocan al aeródromo y, por extensión, al turismo de la Costa Blanca en cifras de 2014, cuando por allí pasaron 463.550 pasajeros.
València, por su parte, tiene menos tiempo que recuperar. En el caso del aeropuerto de la capital las 338.311 personas que despegaron o aterrizaron este mes de enero en sus pistas retrotraen las estadísticas a las de 2016, por lo que ‘sólo’ debe recuperar poco más de un lustro de actividad.
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