Benidorm celebró el Día de la Constitución entregando sus medallas corporativas

Benidorm celebró ayer el cuadragésimo tercer aniversario de la Constitución Española con un acto institucional en la Plaza de la Hispanidad en que el Ayuntamiento entregó, de manos del alcalde, Toni Pérez, la Medalla Corporativa de la ciudad a las primeras ediles elegidas democráticamente en la ciudad, María Zaragoza Lloret y Bárbara Pérez Llinares.

También recibió ese mismo reconocimiento el grupo de salvamento que rescató a una turista el pasado verano poniendo en peligro la vida de sus integrantes, formado por Alejandro Ortiz, Adam Pisarczyk y José Bautista, junto a Daniel Jiménez, patrón de embarcación.

El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, destacó la efeméride, el «día grande de la democracia española», y ha tenido un primer recuerdo para los que siguen combatiendo «en primera línea la pandemia y para quienes todavía la sufren y padecen».

Ya han pasado 43 años desde que «el pueblo español se regaló un marco de convivencia en el que todos cabemos», recordó el alcalde. Una Constitución que «trajo el equilibrio plural y lo convirtió en la atmósfera natural con la que vivir en democracia en España». Toni Pérez reivindicó el valor de la Transición que hizo posible el marco constitucional y «sin la que no se explica el sistema democrático en el que nos desenvolvemos», surgido en 1978 con «el deseo de avanzar hacia el futuro».

El alcalde de Benidorm apostó por seguir avanzando dentro de este marco y del municipalismo «en una segunda descentralización» que permita «prestar una mejor atención a nuestros vecinos y vecinas».

En nombre del equipo de salvamento, Alejandro Ortiz agradeció la condecoración y la hizo extensible «al resto de compañeros de los equipos de salvavidas de la ciudad sobre quienes recae la gran responsabilidad de velar por la vida de los miles de personas que visitan nuestras playas».

Ortiz abogó porque el reconocimiento público «sirva para que se engrandezca la imagen de los socorristas» siempre pendientes de la seguridad de los bañistas, aunque su trabajo «no sea siempre captado por las cámaras», como lo sucedido en pasado 14 de septiembre con el arrojo demostrado que puso en peligro la vida de todo el equipo por rescatar a una turista que se debatía entre las olas.

En nombre de María Zaragoza, su hija Dolores Llinares, se dirigió a los presentes para agradecer el reconocimiento público. Recordó que hoy «se habla del empoderamiento de las mujeres y del desfase que sigue habiendo hay entre los ritmos de la evolución entre hombres y mujeres». Dolores Llinares enfatizó que es en las mujeres donde «recae la responsabilidad de las conquistas» sociales. De María, su madre, puso en valor «su energía, ilusión y carisma» que «han impregnado toda su vida como maestra, empresaria o realizando labores sociales».

Y, sobre todo eso, su «amor por su pueblo», Benidorm. También tomó la palabra Bárbara Pérez, que, a punto de cumplir ochenta años, se mostró agradecida «a la vida» y a aquellos con quienes la comparte. Personas de quienes afirmó haber aprendido «valores y convicciones que aún hoy me acompañan. Siempre he intentado aportar mi granito de arena para que mi pueblo fuera mejor».

Bárbara Pérez recordó a sus compañeros de la corporación municipal de 1979 que «salvo María y yo, todos varones», y a todas las personas que a lo largo de «la historia de nuestro pueblo se han esforzado por hacer lo mejor por Benidorm».

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