![Hora punta. La playa de Levante de Benidorm, a mediodía, con menos bañistas de lo habitual.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202108/01/media/cortadas/162926320--1968x1208.jpg)
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PAULA REAL
Domingo, 1 de agosto 2021, 19:27
Son las once de la mañana de un caluroso día de verano en la ciudad de Benidorm, epicentro del turismo en la Comunitat Valenciana. En el paseo marítimo donde años atrás tan sólo se escuchaba hablar en inglés y donde desplazarse sin ser arrollado por un carrito motorizado era un deporte de riesgo, el equipo de LAS PROVINCIAS camina a sus anchas cobijado por la sombra proyectada de los característicos rascacielos de la población. Estos altísimos bloques de cemento diseñados para aprovechar el mayor número de horas de luz constituyen, además de una solución arquitectónica para acoger la multitud que se concentra en la etapa estival, un símbolo de democracia que pone el mar a la vista de aquellos que no pueden permitirse pagar el lujo de la primera línea. En las plantas bajas de los edificios, las persianas de muchos locales se encuentran a medio echar y brillan con poca luz las bombillas encendidas de la mayoría de letreros de neón para atraer al turismo extranjero.
'Sports bar', 'low cost' y 'cheap beer' son las frases más repetidas a lo largo de la playa de Levante, que es a su vez la que más turistas acoge. De la misma forma que Marina d'Or en Castellón, Salou en Tarragona o Magaluf en Mallorca, esta zona ha crecido como un Disneyland para adultos enfocada a satisfacer a su público potencial: el procedente de Reino Unido.
Antes de la pandemia, la ocupación hotelera en el mes de agosto era del 93,26%, muy por encima de las cifras recogidas por la asociación hotelera HOSBEC en el mismo mes de 2020, con tan sólo un 55,29% de reservas.
Junio de este año registraba un 56% de ocupación hotelera, con un porcentaje superior al 90% de turistas nacionales, frente al 8,74% de extranjeros que visitaron la costa de Benidorm en la segunda quincena. Las previsiones para agosto de este año son mejores si se comparan con las de 2020, pero apenas rozan el 70%, muy por debajo de lo esperado en condiciones normales. El verano más ansiado no cumple las expectativas.
Sandra es camarera en el pub 'The City'. Pasa el tiempo sobrante detrás de la barra ordenando las copas y haciendo café. Considera que esta temporada está siendo «muy rara» por la falta de turistas ingleses, su cliente más habitual. Sentada en la terraza del bar con sus amigos se encuentra Lucinda, belga: «Hemos venido a pasar una semana a Finestrat, cerca de Benidorm. Lo que más nos gusta es el tiempo, ya que en Bélgica está lloviendo constantemente». Es la segunda vez que visitan la costa valenciana; el año pasado se alojaron en Calpe. El motivo de su estancia: «Ver lugares bonitos y comer y beber mucho». La falta de turistas no decepciona sólo a hosteleros, sino a todo tipo de comerciantes. Tasawar, propietario de un supermercado, discute con su distribuidor el precio de unos sándwiches. Nota la falta de británicos en las ventas de su comercio: «No hay prácticamente turismo y el que hay es nacional».
Muchos los locales viven mayoritariamente de los ingresos aportados por los turistas extranjeros. No es el caso del hotel Cimbel, donde su 'community manager', Cristina Ortolá, comenta que el establecimiento se encuentra al 83% de capacidad de un total de 168 habitaciones para agosto, y que desde el hotel esperan terminar el mes en torno al 100% de ocupación. Su caso es particular, ya que su cliente potencial es nacional, principalmente de Madrid y el País Vasco y de edad adulta: «El toque de queda no nos ha afectado, otros hoteles tienen un perfil de edad más joven al que puede echarle para atrás recogerse a la una de la madrugada». Cristina considera que las restricciones han influido en algunas de las cancelaciones de los hoteles vecinos y agradece la buena afluencia de turistas nacionales que visitan Benidorm, como Cándido, quien viene como cada año de Madrid a pasar unos días con su familia. Asegura tener la sensación de que hay la misma cantidad de gente que años atrás, sobre todo en hora punta. «Voy a pagar el aparcamiento del hotel porque no encuentro sitio en la calle», explica.
Sentados en un banco del paseo mientras disfrutan de la brisa del mar se encuentran Begoña y su marido. Son una pareja de Bilbao que veranea en Benidorm desde hace 51 años. Comenzaron a acudir atraídos por el buen tiempo y la calidad de sus aguas cristalinas y desde su jubilación aprovechan el microclima del que goza su área geográfica para visitarlo durante la primavera o el otoño, cuando además hay menos gente.
Begoña cuenta que el año pasado no pudieron disfrutar de sus vacaciones: «Teníamos mucho miedo, mis hijos me decían, ¿pero cómo vas a ir, 'ama'?». Ya con la pauta de vacunación completa, se sienten más seguros e intentan ver el lado positivo al drama: «Hay menos gente que otros años, da un gusto terrible».
Unos pocos cientos de metros más adelante se encuentra Iván, a quien la falta de turistas no le produce tanto 'gusto'. El joven residente de Benidorm trabaja en una heladería durante la temporada alta, que este año cataloga de «muy flojita». Le ha costado más encontrar trabajo este verano, ya que la llegada de turistas se vive aún con incertidumbre debido a las restricciones derivadas del brote de coronavirus que golpea a la hostelería en forma de quinta ola.
Con la mirada sobre la marea de personas que pasean por la orilla, se encuentran Alicia y Adrián, informadores de playas. Su puesto de trabajo es uno de los nuevos oficios derivados de la pandemia. Este consiste en el control del aforo de las playas, así como velar por el respeto de la distancia de seguridad y el uso de la mascarilla en zonas comunes. Coinciden en que el auge de la incidencia acumulada que roza actualmente los 800 casos, con 551 positivos en los últimos 14 días, ha frenado ligeramente la subida de los visitantes.
A rasgos generales, ven un turista español y concienciado que respeta las restricciones, aunque con algunas excepciones que justifican su labor. Todo parece indicar que el verano más esperado ha resultado no ser lo que se auguraba, aunque todavía queda por delante ver qué deparará el mes de agosto en Benidorm.
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Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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