Imagen del jabalí que apareció en la playa del Racó de l'Albir el pasado viernes LP

Ecologistas, administraciones y agricultores discrepan sobre la problemática de la población de fauna salvaje en la Comunitat Valenciana

La aparición de un jabalí en la playa del Racó de l'Albir vuelve a poner sobre la mesa la cuestión de una superpoblación que los ecologistas niegan y que ayuntamientos, Conselleria y agricultores afirman que se ha convertido en un problema de primer orden

Nicolás Van Looy

l'Alfàs del Pi

Martes, 7 de junio 2022, 14:51

Durante todo el fin de semana las redes sociales han dado cuenta de la inventiva y la retranca de muchos usuarios que encontraron las formas más originales posibles de hacer comparaciones entre la mítica 'Tiburón' de Steven Spielberg y la aparición de un jabalí en la playa del Racó de l'Albir en la mañana del pasado viernes.

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La situación, sin duda, fue llamativa y, hasta cierto punto, ‘carne de meme’; pero también ha despertado, una vez más, el debate sobre la situación general del medio ambiente y las circunstancias que empujan a animales salvajes, como el jabalí protagonista de esta historia o el corzo que durante el pasado invierno fue rescatado en la misma playa (ya en término municipal de Altea), a adentrarse tanto en terreno urbanizado.

Unas incursiones que son más habituales de lo que muchos piensan, pero que normalmente se producen en horario nocturno o en lugares con escasa densidad de población, por lo que no suelen ocurrir interacciones entre la fauna y el ser humano que, como sí sucedió en el Racó de l’Albir, acaban con personas heridas.

Richard Barreno, portavoz de Ecologistas en Acción de la Marina Baixa confirma que “no es la primera vez que aparece un jabalí en la playa, lo que ocurre es que en esta ocasión ha dado la casualidad de que ha habido muchas cámaras y lo ha visto todo el mundo”, algo que ha hecho que el caso haya saltado muy rápidamente a las portadas de los medios de comunicación.

Nadie sabe exactamente cómo accedió ese ejemplar concreto hasta la orilla del mar, pero Barreno explica que esos baños no son algo tan extraordinario. Tal y como explica el portavoz de Ecologistas en Acción, “lo que suelen hacer es bajar hacia la costa desde el interior aprovechando los cauces secos de los barrancos para llegar hasta el mar”.

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Lo que no es tan habitual es que los animales acaben nadando en un medio, el acuático, hostil para ellos. La explicación a eso, en palabras de Barreno, responde a que “en ocasiones, por algún golpe de mar o porque se despistan, acaban metiéndose en él hasta que encuentran una manera de salir”.

Otra opción barajada en estos últimos días es que el jabalí pudiera haber accedido al mar a través de alguna de las calas del Parc Natural de la Serra Gelada, pero el activista ecologista lo descarta porque “en el parque no hay jabalís”.

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Además, según relata Barreno, “el Parc Natural de la Serra Gelada está rodeado de zonas urbanas y eso hace que la movilidad de los animales terrestres que habitan en él rara vez implique que se salgan del mismo” ya que ello implica adentrarse en el entramado urbano de Benidorm o l’Alfàs del Pi, algo que evitan a toda costa.

Richard Barreno, además, subraya que en la actualidad “no existe un problema de sobrepoblación de jabalís”. Según explica el portavoz de Ecologistas en Acción de la Marina Baixa, “lo que sucede, es que se concentran en algunos lugares muy concretos, como puede ser la zona de Benimantell, y, por lo tanto, si sólo nos fijamos en ese punto, puede dar la sensación de que exista esa situación de sobrepoblación, pero no es el caso”.

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Además, la del jabalí “no es una especie invasora. El jabalí ha formado parte de la biodiversidad de la zona desde siempre, pero también es cierto que no tiene un depredador natural, motivo por el que está permitida su caza. Por fortuna, no es un animal que, como podría suceder con los conejos, se reproduzca de forma descontrolada”.

Pérdidas millonarias en el campo

Una aseveración que ha sido rebatida desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), que en un comunicado alerta de que el suceso de la playa de l’Albir “es uno más de los muchos que llevamos y desgraciadamente no será el último si no actuamos ante el incremento excesivo e incontrolado de jabalíes y otras especies silvestres”.

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Por ello, la organización agraria urge a las administraciones a poner en marcha medidas que permitan “compatibilizar una presencia razonable de fauna salvaje con el desarrollo de la actividad agraria y la salud de las personas”.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, advierte de que “ahora ha sido en una playa, desde hace años es en los campos, también en urbanizaciones e incluso en núcleos urbanos, y continuamente hay accidentes de tráfico provocados por estos animales que, pese a lo que algunos piensan no son de compañía, sino animales salvajes y en ocasiones peligrosos”.

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Aguado critica que “poco a poco, lo pagamos cada vez más personas inocentes por el capricho de políticos de despacho que no pisan el medio rural y anteponen la ideología a los criterios científicos”.

Según estimaciones de AVA-ASAJA, “la superpoblación de fauna silvestre (jabalíes, cabras montesas, corzos, conejos de monte, avifauna, etc.) ocasionó en 2021 unas pérdidas sin precedentes de 35 millones de euros en el sector agrario de la Comunitat Valenciana”.

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La asociación afirma que “la rotura de gomas de goteo e instalaciones agrarias, la ingesta de semillas y frutos maduros, la mordedura de troncos, ramas y brotes hasta causar la muerte de la plantación, el movimiento de tierras, el destrozo de muros, etc. son algunos de los principales daños que provoca este tipo de fauna”.

En ganadería, preocupan además los ataques a las reses y aseguran que en el interior de Castellón y Valencia bandadas de buitres han matado vacas y terneros, sobre todo en el momento del parto, y la transmisión de enfermedades como la tuberculosis y sarna que han afectado en los últimos años a Castellón, mientras que la peste porcina africana podría causar graves pérdidas en caso de expandirse a España.

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AVA-ASAJA recuerda que “la superpoblación de fauna salvaje no sólo ocasiona perjuicios al ámbito agrario, sino al conjunto de la sociedad”. De acuerdo a los últimos datos de la Generalitat Valenciana, “los animales silvestres provocan unos 300 accidentes de tráfico al año, siendo el jabalí la causa de nueve de cada diez casos”, una siniestralidad que “se eleva en las horas nocturnas y los meses invernales”.

Respecto a los ataques, “los jabalíes también protagonizan embestidas en los últimos años a agricultores en sus huertos y a ciudadanos como es el caso de la bañista en la playa de l’Alfàs del Pi”. Según Aguado, “va siendo hora de que los políticos hagan un análisis en profundidad sobre los efectos de la fauna salvaje porque están jugando con la economía, el medio ambiente y la salud de las personas”.

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Protocolos municipales

Por su parte, el concejal de Medio Ambiente y Playas del Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, Luis Miguel Morant, ha coincidido, a preguntas de LAS PROVINCIAS, con Richard Barreno a la hora de señalar que “el jabalí que el viernes llegó a la playa del Racó de l’Albir no provenía del Parc Natural de la Serra Gelada, porque allí no hay”. Según el edil alfasino, ese ejemplar “llega a la playa a través de los barrancos y los cauces de los ríos desde el interior”.

Morant, eso sí, afirmar que “existe un problema de sobrepoblación” y aunque matiza que en el municipio alfasino no se han producido problemas de envergadura en relación a la presencia de fauna salvaje, es consciente de que en algunas zonas y municipios vecinos “han entrado a corrales o han destrozado huertos de cultivo o gomas de regadío”. Esta vez, en la playa de l’Albir, “a nosotros nos tocó uno”.

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Como resultado de esa excursión a la playa, el ejemplar de jabalí protagonista del fin de semana acabó siendo abatido en el interior de un camping de la vecina localidad de Altea, donde provocó daños en algunas tiendas de campaña y causó más de un momento de tensión entre las personas allí alojadas.

Preguntado sobre la opción de que se pueda dotar a la policía local con munición no letal para enfrentarse a estos casos de encuentros con fauna salvaje y, de esta forma, permitir la reintroducción posterior de los animales en la naturaleza, Morant explica que este tipo de situaciones “no son algo frecuente y, por lo tanto, no es una acción que hayamos valorado. Tener un protocolo en torno a algo que es tan rato y poco frecuente no parece que sea algo proporcionado”.

En la vecina localidad de Altea, sin embargo, sí se llegó a tener esa opción sobre la mesa, tal y como ha reconocido a este medio el concejal de Seguridad Ciudadana, Miguel De la Hoz. Sin embargo, la misma fue finalmente desestimada por la complejidad logística que implicaba este tipo de solución.

Tal y como ha explicado el edil de la Villa Blanca, “estudiamos esa opción, pero no es viable porque en el caso de utilizar algún tipo de sedante, la dosis debe de ser calculada por un veterinario en función del tamaño y el peso del animal al que se le quiere administrar”, algo que provocaría un retraso en la intervención que impediría, como quedó demostrado el pasado viernes, una resolución segura.

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Unas explicaciones, las de los políticos locales, que coinciden con lo que se expone desde la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, donde apuntan a que la llegada de ciertos especímenes de fauna salvaje a las costas no es algo tan excepcional como pueda parecer a tenor del revuelo causado en los últimos días.

En el caso concreto de los jabalís, fuentes de la Conselleria confirman que existe una sobrepoblación en la Comunitat Valenciana y que para controlar el número de ejemplares se están desarrollando distintas iniciativas en colaboración con otras administraciones y con el colectivo de cazadores.

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