«La explicación para que Benidorm se haya quedado sin los fondos NextGeneration hace aguas»

Antes de ocupar el amplio despacho de alcaldía, Toni Pérez se bregó durante años al frente de distintas concejalías bajo el mandato del desaparecido Vicente Pérez Devesa y el efímero Manuel Pérez Fenoll. Sufrió también el frío que se pasa en la oposición antes de recuperar, ya como cabeza de lista, la vara de mando para el Partido Popular en 2015. De su etapa como portavoz 'popular', quedan para el recuerdo algunas frases lapidarias muestra del gran orador que es. Verbo fácil en el que se adivinan muchas horas de lecturas y, sobre todo, reflejos felinos para encajar y devolver golpes.

Medirse a Pérez fue y es un reto para sus rivales políticos, como también lo es encontrar una fisura en su atenta guardia por la que se cuele una declaración que pueda, antes o después, ser usada en su contra. A Toni Pérez, en cualquier caso, hay que leerle entre líneas. Por ello, cuando asegura que «la explicación por la que Benidorm se ha quedado fuera del reparto de los NextGeneration hace aguas» uno no puede más que traducirlo como la confirmación a la pregunta realizada: ¿hay detrás de esa negativa una decisión política?

Toni Pérez ha hecho de la financiación de Benidorm –y, por extensión, de los municipios turísticos– una de sus principales reivindicaciones. No es nada nuevo, pero sí una cuestión que ha tomado fuerza ante la actual coyuntura económica y social. El primer edil de la capital turística de la Costa Blanca lamenta que «nunca se ha abordado esa segunda descentralización que llevamos tiempo reclamando».

Algo, a su juicio, necesario porque «la Administración más cercana, que es algo que se ha manifestado con más rotundidad ahora, es la local. Los Ayuntamientos somos una de las Administraciones decanas del sistema democrático español. Se hizo una descentralización con la llegada de la democracia; pero siempre hay administraciones superiores que, siempre entre comillas, quieren ser ellas quienes tengan la parte más mollar a la hora del reparto económico».

Las comillas, siempre las comillas. Decir sin decir. Insinuar diciendo. Como buen púgil verbal, tras el amago, el directo. «Pedimos una financiación justa para los ayuntamientos y para las provincias. Desgraciadamente, aquellos que prometieron que lo iban a arreglar en cuanto accedieran al gobierno llevan ya años de demora y, encima, siguen dando largas».

La ciudad encajó un doloroso golpe hace sólo algunas semanas cuando se quedó fuera del primer reparto de los fondos NextGeneration. Sin embargo, rendirse no está entre las opciones aceptables para Toni Pérez.

En ese sentido, e hilando su discurso con lo ya expuesto, explica que «nosotros no tenemos un porcentaje directo en la distribución de los fondos NextGeneration para la recuperación cuando somos los que hemos atendido a la gente en la pandemia por encima de otras Administraciones. Pese a todo ello, estamos acudiendo en concurrencia competitiva con todos los ayuntamientos para obtener unos fondos que sí han tenido una distribución de porcentaje directo desde el Estado para las Comunidades Autónomas».

Una negativa, la de dar por buena la petición del motor turístico de la Comunitat Valenciana, tras la que, según Pérez, se esconde una decisión que va más allá de los criterios técnicos. Una decisión, concede, que «no es técnicamente» objetiva.

Para el alcalde de Benidorm «la excusa presupuestaria no nos vale y políticamente es un error. Me voy a explicar. Técnicamente, y lo dice la propia resolución, el proyecto Benidorm360 fue declarado apto porque superó los 70 puntos. Además, se habla de unos fondos europeos casi ilimitados y, pese a ser apto, se nos dice que no se nos puede conceder la financiación por cuestiones presupuestarias».

¿Hay, por lo tanto, una motivación meramente política tras esa decisión? De nuevo, golpes que marcan, pero no tumban. «Si de lo que se trata es de reconstruir el país y hay una financiación directa para el sector turístico, no tiene explicación alguna que las locomotoras del turismo español se queden fuera del proceso por, en el caso de Benidorm, una cuestión presupuestaria. Hay una parte de la explicación que nos dan hace aguas».

Tras el amago, una vez más, el puñetazo a la mandíbula. «Creo que es una decisión de atender cuestiones que son menos tractoras y motoras de las que puedan adoptarse en Benidorm. Este resultado, y de eso no tengo ninguna duda, rompe con el mensaje que debería trasladar la Marca España. A nadie se le ocurriría que, si hay unos fondos para las ciudades patrimonio, se quedaran fuera las ciudades patrimonio. De hecho, eso no ha ocurrido».

Con el rechazo unánime de todo el sector y de la inmensa mayoría de las formaciones políticas, Compromís y Podemos volvió a poner hace unos meses sobre la mesa el debate respecto a la implantación en la Comunitat Valenciana de una tasa turística.

En la comarca de la Marina Baixa, como recuerda Pérez, «tenemos ayuntamientos gobernados por todos los colores políticos y, con esa diversidad, muchos han manifestado que 'no y nunca'. Benidorm siempre ha trasladado ese mismo mensaje». En insiste, una vez más, en su mantra: «la tasa turística es un impuesto que proponen aquellos que no quieren abordar aquello que sí toca: la descentralización. Además, no sólo pedimos la descentralización desde el Estado o las autonomías hacia los municipios, sino que en el caso concreto de los municipios turísticos nuestra infrafinanciación es todavía más significativa».

Pese a todo ello, al alcalde de Benidorm no le cabe la menor duda de que la ciudad «volverá a ser lo que era antes de la pandemia», aunque augura que eso no ocurrirá «en un plazo razonablemente corto» porque, insiste, «esa no es una cuestión de Benidorm, sino de toda la humanidad y, por supuesto, de la ciencia, a la que hay que ayudar invirtiendo en ella para obtener los mejores resultados».

Para conseguirlo, afirma el primer edil, «tenemos que soñar con los pies en el suelo. Si no estuviéramos haciendo eso, muchas de las cosas que hemos hecho no se hubieran hecho y muchas de las que hemos dejado de hacer por propia voluntad no las hubiéramos dejado de hacer».

Con apenas una semana por delante para dar carpetazo a 2021, la omnipresente pandemia y sus efectos han fagocitado, al menos en el debate público, los efectos que sobre el turismo hayan podido tener los primeros doce meses de Brexit efectivo, una nueva normalidad que afecta de lleno al primer mercado emisor para Benidorm.

«Efectivamente, los efectos del Brexit pueden haberse diluido un poco precisamente por la pandemia y, por lo tanto, no se puede analizar con intensidad», reconoce Pérez. «Dicho esto, visto lo visto, creo que Benidorm va a seguir funcionando muy bien y seguirá teniendo esa capacidad de atracción que nos permitirá seguir liderando ese segmento de nuestro mercado sin ninguna dificultad».

Una visión optimista del asunto que fundamenta en datos. «En cuanto se ha recuperado la movilidad, y ya con el Brexit en marcha, los británicos han venido y siguen encontrando en Benidorm el lugar de la felicidad».

Con el Plan Parcial Poniente en pleno desarrollo y la cada vez más inminente aprobación del Ensanche Levante, Benidorm comienza a agotar el suelo disponible para seguir creciendo, siempre en altura, urbanísticamente. Esto, necesariamente, traerá cambios importantes en el modelo de expansión de la ciudad.

Un paradigma que, en palabras de Pérez, se basa en «un planteamiento 'de alma'. Dándole sentido a aquellos espacios en los que la Administración puede intervenir blindando su protección». Así mismo, subraya, «los años van pasando y, quizás, lo que habrá será un movimiento distinto de regeneración y renovación de lo que ya está construido adaptando lo ya existente a la realidad actual de la demanda. Pero en ningún caso eso será una penalización para la actividad económica».

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