El culto inglés a los disfraces revive la Fancy Dress Party

Aunque las cifras de asistentes puedan parecer mareantes, la de 2021 será una reunión mucho más íntima que las vividas en los tiempos previos a la pandemia. Sin ir más lejos, en 2019 –última edición celebrada hasta la fecha– congregó a más de 50.000 personas en la llamada 'zona guiri' benidormense.

Buena prueba del enorme interés que despierta la Fancy Dress Party en Reino Unido es que, pese a que inicialmente su celebración en 2021 no estaba contemplada por las autoridades municipales para minimizar el riesgo de contagios en un evento caracterizado por la gran afluencia de personas, finalmente el tirón popular y la evidencia de que, con la actual legislación en la mano, nada podría hacerse para evitar una concentración espontánea, han llevado a la decisión de llevar a cabo una nueva edición. Para ello, el Consistorio ya ha adelantado que desplegará un dispositivo especial de seguridad para garantizar el cumplimiento de la actual normativa sanitaria.

Será, eso sí, una Fancy Dress Party menos concurrida y no contará tampoco con el ya tradicional desfile de carrozas que recorre el epicentro del barrio británico de Benidorm. Así mismo, los locales de ocio no podrán sacar sus barras a la vía pública.

En cualquier caso, la avalancha de más de 30.000 personas disfrazadas y con ganas de pasarlo bien volverá a suponer un importante revulsivo para la necesitada industria turística en el inicio de la temporada baja a la que, en 2021, se une el retraso en la llegada de los primeros visitantes del programa social del Imserso.

Como todos los años, el promotor de la idea, el empresario Manuel Nieto, premiará el mejor disfraz a través de una votación popular. El ganador se llevará, como explica el ideólogo de la Fancy Dress Party, «unas vacaciones de una semana en Benidorm para el próximo año».

Nieto fue el que encendió la mecha de un evento que, casi 30 años después de su puesta en marcha, se ha convertido, por derecho propio, en una de las grandes citas del turismo benidormense. Como él mismo recuerda, la Fancy Dress Party nació como una propuesta festiva destinada al público británico durante el desarrollo de los días grandes de la ciudad, un evento que, aunque despierta interés entre sus visitantes, no calaba entre sus principales clientes.

Ese fue el motivo por el que, aprovechando que «las fiestas de Benidorm terminan siempre en miércoles, decidimos celebrar este evento el jueves».

Como tantas otras grandes ideas, esta enorme congregación de disfraces nació casi de casualidad en el Sinatra's, el local que regenta Nieto. En plenas Fiestas Mayores Patronales, el empresario se percató de que «tenía clientes que, aunque no hubiera mucho ambiente, no se marchaban del local y entonces decidí hacer una fiesta con ellos y mi propio personal. Yo mismo compré los disfraces para las entre 20 y 30 personas que nos juntamos aquel día».

Esos mismos clientes cerraron un pacto con Nieto. «Se lo pasaron muy bien y me dijeron que, si volvía a organizar ese evento un año más tarde, ellos volverían trayendo consigo a más amigos- Y así fue, de esos 20 o 30 pasamos a cerca de 100 y ya no dejó de crecer», recuerda.

La semilla que quedó plantada en el Sinatra's pronto dio sus frutos y en «cuatro o cinco años» Manuel Nieto se vio «desbordado por el interés y la afluencia de gente que quería participar, lo que hizo que el resto de locales se unieran y acabara participando todo el mundo».

Y así, con una idea que en sus inicios «nunca pensé que llegaría tan lejos» fue como arrancó la Fancy Dress Party de Benidorm, un evento que este año se recupera, literalmente, por clamor popular; pero que tendrá que esperar, al menos, doce meses más para volver a brillar con toda la intensidad previa a la pandemia