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Nicolás Van Looy
Benidorm
Viernes, 21 de octubre 2022, 11:23
El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico del Gobierno de España ha denegado, en primera instancia, la instalación de una planta solar flotante cuya creación se había planteado en el embalse de Guadalest, la principal reserva hídrica, junto al pantano del Amadorio (ubicado entre las poblaciones de La Vila Joiosa y Ortxeta) de la comarca de la Marina Baixa.
Así, al menos, lo ha asegurado el director técnico del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, Jaime Berenguer, en una entrevista concedida a la Cadena SER de Benidorm y en la que ha especificado que esa planta fotovoltaica podría reducir el consumo de electricidad del organismo público entre un 30% y un 40%.
Una factura que, como al resto de organismos, administraciones y ciudadanos, se ha disparado en los últimos meses para el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa alcanzando, según ha asegurado Jaime Berenguer, los casi cuatro millones de euros este mes de octubre cuando hace un año esa misma factura ascendió a los dos millones trescientos mil euros.
Y si ese incremento del coste energético, que ha multiplicado por dos la factura en sólo un año, parece espectacular, Berenguer ha subrayado que “para 2023 y 2024 puede llegar a casi siete millones y medio de euros, un 200 % de incremento”.
En cuanto al motivo esgrimido por parte del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Gobierno de España para denegar la instalación de esa planta de generación de energía solar, el director técnico del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa ha avanzado que todavía no se ha publicado el decreto para regir la normativa de este tipo de plantas flotantes, pero el Consorcio va a alegar con un estudio técnico porque “es un embalse que se llena artificialmente del acuífero de Beniardà y del bombeo del río Algar con unos costos diarios y fundamentales durante todo el año”.
Tal y como ha especificado el propio director técnico, el proyecto que, por el momento, ha sido parado por parte del Ministerio “consiste en turbinar el agua que baja desde Guadalest a las poblaciones elevándola para adaptarlas al nivel del embalse”.
En cuanto a las reservas de agua con las que ha arrancado el año hidrológico la comarca de la Marina Baixa, Berenguer ha explicado que “los embalses de la Marina Baixa se encuentran cercanos al 100 % de su capacidad, aunque sólo superan los siete millones de metros cúbicos por la famosa norma de resguardo impuesta por el ministerio”.
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Esto supone que, aunque el Amadorio y el pantano de Guadalest sólo embalsan la mitad del agua que podrían albergar, la aplicación de ese cálculo establece que, en previsión de la posible llegada de lluvias torrenciales, el gestor de las infraestructuras se ha visto obligado a “tirar mucha agua al mar”.
Detrás de esta normativa se encuentra la tristemente famosa ‘pantanada’ de Tous, de la que esta misma semana se han cumplido 40 años. Tras aquel desastre, y ya en el año 2000, se creó una nueva regulación que, en opinión de Berenguer, ya ha quedado obsoleta debido a que “la tecnología de hoy no es la del año 2000 y nos permite establecer una mayor previsión y actuar en casos de lluvias torrenciales”.
En este sentido, el director técnico del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa ha recordado que “hay en proyecto otra obra para una nueva recrecida de la presa de Amadorio, con lo cual se van a actualizar los aliviaderos y nos va a permitir embalsar más agua y salvar el tema de los resguardos”.
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