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nicolás van looy
Benidorm
Sábado, 16 de octubre 2021, 10:43
Las kellys, las camareras de piso de los hoteles, de Benidorm y la Costa Blanca no aguantan más. Llevan años reclamando la mejora de sus condiciones laborales y lamentando que los continuos récords de ocupación y facturación –al menos, antes de la pandemia– no se dejen notar en su imprescindible labor.
Ahora, cuando se afronta la fase final de la negociación de su convenio laboral, lo tienen más claro que nunca: o se tienen en cuenta sus reivindicaciones o cuando llegue la próxima gran temporada alta, el próximo verano, habrá huelga.
Yolanda García, portavoz del colectivo de las kellys de Benidorm, contextualiza para LAS PROVINCIAS un trabajo penoso en lo físico que a muchas de ellas les va dejando unas secuelas que hace que «el 67% de las camareras de piso tengamos dolencias crónicas».
La asociación no tiene silla en la mesa de negociación de ese nuevo convenio y, por ello, debe apoyarse en el trabajo de los sindicatos. Tal y como explica García, han trasladado a UGT y CCOO, los dos sindicatos mayoritarios, que existen «dos puntos esenciales que deben quedar muy bien definidos».
El primero de esos dos puntos se centra en la externalización de servicios. Para las camareras de piso, resulta esencial que «no se puedan externalizar servicios fundamentales para el funcionamiento de un hotel».
Para ello, se han propuesto como modelo el ya vigente convenio laboral de Tenerife donde, «como sucede en el resto de las Canarias y también en Baleares, no existe la externalización del departamento de pisos, que, no lo olvidemos, es el único que están externalizando los hoteles».
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El otro gran caballo de batalla de las camareras de piso en lo relativo a la negociación del nuevo convenio son «los planes preventivos y la sobrecarga de trabajo».
Yolanda García avisa de que el colectivo ha «estudiado otros convenios y sí hemos encontrado ejemplos en los que el articulado es muy específico y en los que se nombran las cargas de trabajo específicas de las camareras de piso, así como las evaluaciones psicosociales y ergonómicas de nuestro trabajo».
La asociación de las kellys reconoce que es complicado, si no imposible, establecer una norma común para todo tipo de establecimientos ya que «cada hotel es distinto», pero su portavoz insiste en que, para ellas, «tener un plan preventivo significa contar con los estudios ergonómicos psicosociales que marca la ley para el departamento de pisos y tener hechas unas mediciones de tiempos que permitan calcular la cantidad habitaciones que se deben hacer en cada hotel».
Actualmente, la media de habitaciones atendidas por cada camarera de piso en los hoteles de Benidorm y de la Costa Blanca «es de entre 25 y 27 por trabajadora», explica García, que añade que «hay que contar que muchas de nosotras, antes de atender las habitaciones, hemos hecho las zonas comunes».
Por todo ello, las kellys exigen ahora que en ese nuevo convenio «quede muy bien especificado que los planes de prevención sean obligatorios, tal y como marca la ley. Necesitamos que el convenio esté muy especificado en cuestiones relativas a la prevención».
Resumiendo la situación, García subraya que la mayor queja que tienen las camareras de piso «es la carga de trabajo» y lamenta que, tras la reactivación del sector después de la pandemia, «pensábamos que las cosas iban a mejorar por la obligatoriedad de aplicar los protocolos sanitarios de prevención de la Covid, pero ha sucedido lo que, en el fondo, sabíamos que iba a pasar: nuestra carga de trabajo ha sido la misma a pesar de que, al trabajo se siempre, debemos añadir ahora el derivado de los protocolos específicos actuales».
El hartazgo de Yolanda García y sus compañeras es evidente después de muchos años en los que sus reivindicaciones han caído, en la mayoría de las ocasiones, en saco roto. Por ello, «hemos planteado esta serie de reuniones con los dos sindicatos mayoritarios y con quien haga falta. Ojalá pudiéramos sentarnos también con Hosbec y trasladarles a todos ellos el mismo mensaje: estamos dispuestas a apoyar cosas, pero también necesitamos que se reconozcan nuestros derechos».
Y esta vez la propuesta negociadora viene acompañada de un ultimátum: «si volvemos a tener un convenio donde no nos sintamos representadas ya hemos trasladado a los sindicatos la necesidad, de cara a la temporada alta del próximo año, de plantear una huelga».
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