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Los ingleses volvieron a vivir su gran festejo en la capital turística. LP
La lluvia no ahoga las ganas de diversión en la Fancy Dress Party de Benidorm

La lluvia no ahoga las ganas de diversión en la Fancy Dress Party de Benidorm

Tras un año de parón por la pandemia, la mayor fiesta de disfraces de este tipo fuera de Reino Unido vuelve a congregar a miles de británicos

N. VAN LOOY

Viernes, 19 de noviembre 2021, 00:13

Benidorm. «Hemos esperado dos años para volver a Benidorm y participar en la Fancy Dress Party. Un poco de lluvia no nos la va a estropear... además, ya tenemos mucha lluvia en casa y estamos acostumbrados». Barry y sus amigos viajaron a principios de semana desde Lancaster para asistir, como lo vienen haciendo desde hace años, al evento que, nacido hace 28 años, se ha convertido en la concentración de disfraces de este tipo más grande fuera de Reino Unido y la lluvia caída ayer en la capital turística no les iba a estropear el día.

Tras vivir unas Fiestas Mayores Patronales con un clima envidiable, Benidorm amaneció el jueves bajo una intensa lluvia que deslució bastante la primera edición de la Fancy Dress Party tras la pandemia. No obstante, no consiguió, acostumbrados como están en su país de origen, desanimar a los miles de británicos que, vestidos con disfraces de todo tipo y la mayoría sin mascarilla, dieran rienda suelta a su imaginación y ganas de pasarlo bien. Las autoridades locales cifraban la pasada semana en entre 30.000 y 35.000 los visitantes que pondrían rumbo hacia la Costa Blanca para un evento que, aunque trataron de posponer para 2022, regresó ayer jueves porque, sencillamente, los británicos acudieron en masa.

No hubo desfile de carrozas ni actos organizados. Tampoco hubo barras a la vía pública; pero nada de eso impidió que la afluencia fuera masiva y que la Fancy Dress Party volviera a prender la mecha de una tradición que, aunque arrancó con apenas dos decenas de participantes hace sólo 28 años, se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del otoño benidormense.

Finalmente, como si los dioses del clima hubieran decidido ser benévolos con el pintoresco paisaje humano que poblaba la 'zona guiri' de la capital turística, mediada la tarde la lluvia se dio por vencida, el sol asomó tímidamente y hasta los más frioleros tomaron la calle y disfrutar de la diversión hasta altas horas de la madrugada.

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