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Nicolás Van Looy
Benidorm
Sábado, 27 de noviembre 2021, 01:44
El cierre de la planta hotelera de Benidorm va camino de alcanzar una cifra histórica una vez que termine la campaña navideña, cuando, siempre y cuando no se sumen nuevos establecimientos a la lista, el 52% de los establecimientos dejarán de operar hasta la llegada de la nueva temporada alta.
La evidente crisis que atraviesa el sector turístico desde el estallido de la pandemia, el incremento de casos en toda Europa, la todavía débil recuperación del mercado británico y el retraso en el inicio del programa de vacaciones sociales del Imserso ha llevado a los alojamientos de la ciudad a optar por el cierre invernal, una decisión a la que los empresarios de la capital turística, modelo de desestacionalización, no están acostumbrados.
A todas esas circunstancias ya descritas se suma ahora, tal y como ha denunciado la patronal Hosbec, el «desastre de gestión» del Imserso que ha derivado en que «no se espera que los primeros clientes puedan llegar antes de finales de febrero, con lo que se acumulará un retraso de cuatro meses sobre el calendario que varias ministras, entre ellas la de Derechos Sociales, Ione Belarra y la de Turismo, Reyes Maroto, anunciaron y aseguraron públicamente», aseguran.
Así mismo, los hoteleros han recibido como «una bofetada al sector» el hecho de que «frente a un precio por persona y día que el pliego de condiciones estableció en un mínimo de 25 euros, los departamentos comerciales y de contratación se están encontrando con propuestas de contrato de las diferentes adjudicatarias con precios que oscilan entre 22,50 y 23,50 euros».
Desde Hosbec alertan de que «si quitamos el IVA de estos precios, el hotelero percibiría un neto entre 21 y 22 euros por cada turista, en hotel de 3 o 4 estrellas, y dentro de este precio se debe incluir alojamiento, pensión completa, vino y agua, animación, calefacción, wifi gratis, y todos los servicios que preste el hotel».
El presidente de Hosbec, Toni Mayor, ha mostrado su indignación «por este nuevo maltrato y engaño» al que se ve sometido el sector. Ese malestar de Mayor es mayúsculo porque, como explica, «las ofertas que han resultado ganadoras se han hecho con precios muy a la baja, rebajando en 20 millones de euros el precio de salida. Si sobran 20 millones significa que existía un marco más que apto para mejorar la retribución hotelera como viene pidiendo el sector desde hace varios años».
Así mismo, ha realizado una durísima crítica al Gobierno de España que, a su juicio, «ha engañado a los empresarios anunciando una mejora del precio y fijándolo en 25 euros, todavía por debajo del precio de coste, para que la realidad vuelva a ser un jarro de agua fría».
Todo ello no supone más que una nueva piedra en el camino hacia un invierno que, como ya avisaran desde la patronal del sector esta misma semana, va a ser «duro y difícil».
En la actualidad, la capital turística mantiene abiertos 80 hoteles, lo que supone el 70% sobre el total de alojamientos asociados, pero ese número se va a ver considerablemente reducido en las próximas semanas.
Según los datos facilitados por la propia patronal, otros 16 establecimientos han tomado ya la decisión de echar el cierre antes de fin de año, pero no serán los últimos. En la lista, a la que no se descarta que se vayan a sumar nuevos establecimientos, también aparecen cinco hoteles que bajarán la persiana en las primeras semanas de enero, una vez terminada la campaña navideña.
El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, se ha posicionado claramente del lado de los hoteleros valencianos en sus reivindicaciones por una mejora de las condiciones e instó al Gobierno a «revisar con seriedad el programa del Imserso y dejar de esquilmar al sector turístico con condiciones que ya son insoportables».
Colomer subrayó que el retraso en la puesta en marcha del programa es «algo que sin duda se podría haber evitado». A su juicio, la adjudicación a la baja del contrato «refuerza la crisis absoluta de orientación que lleva el Imserso respecto al sector turístico, precisamente en su peor momento» y ha incidido en que «justo cuando más se necesita el estímulo por parte de las administraciones públicas es cuando más bajo va a ser, lo que supone un nuevo espaldarazo para un sector que ya ha sufrido bastante en los últimos meses».
Por todo ello, criticó que desde el Gobierno se lleva «demasiados años descansando sobre el altruismo y las pérdidas del sector» y aseguró que «no se puede jugar a precio sin apostar por la calidad, y más en un momento de transformación como el que estamos viviendo, donde el sector está haciendo un gran esfuerzo por esa apuesta, por situarse ante los distintos mercados nacionales e internacionales como un sector vanguardia, seguro y de calidad».
Con esos guarismos, la realidad en los días posteriores a la celebración de la festividad de los Reyes Magos es que Benidorm, el destino más desestacionalizado de la Península Ibérica, únicamente mantendrá abierta el 52% de su planta hotelera, una cifra muy inferior a las previsiones que, tras el buen verano vivido hace sólo unos meses, manejaban desde Hosbec, cuya esperanza era que los establecimientos que dejaran de operar durante la temporada baja alcanzasen, a lo sumo, el 30% del total.
Sin comparación posible con el invierno de 2020, el más duro de la pandemia, para contextualizar esta cifra es preciso echar la vista atrás a 2019. Entonces, como en cualquier ejercicio anterior, la cifra de establecimientos cerrados durante el invierno en la ciudad de los rascacielos se situaba en el entorno del 25%, produciéndose la mayoría de esos parones de actividad para acometer profundas obras de reforma en los hoteles.
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