Nicolás Van Looy
Benidorm
Viernes, 31 de diciembre 2021, 08:47
No todo el mundo celebra la Nochevieja en la Puerta del Sol con el champán y las uvas de alfombra sobre el alquitrán y haciendo, por una vez, algo a la vez como decía Mecano en su ya clásico tema de 1988. Buena muestra de ello, de que para despedir el año y dar entrada al nuevo no todo son uvas y cotillones, lo encontramos en la comarca de la Marina Baixa, donde los muchos residentes internacionales que, esta vez en mayor número, optan por celebrar Nochevieja en España, mezclan sus propias costumbres con las adquiridas en su lugar de adopción.
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La comunidad más numerosa en ese rincón de la Costa Blanca es, sin duda alguna, la británica. Tras más de dos décadas residiendo en l’Albir, Dino Trubbianelli –tan británico como el té de las cinco, pero con apellido italiano por parte de padre–, explica que «en Reino Unido no tenemos costumbre de celebrar la Nochevieja con uvas ni con lentejas, como en Italia».
Allí, como en la mayor parte de los países de Europa, dan la bienvenida al nuevo año, además de una hora más tarde que en la península, «cenando con amigos o con la familia en casa o en el pub. Además, solemos cantar el Auld Lang Syne», una canción patrimonial escocesa cuya letra se basa en un poema de 1788 y que se reserva para momentos solemnes y que los británico suelen cantar «cogidos de la mano».
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Todo ello, claro, sin olvidar las sonoras campanadas del Big Ben, la gran campana instalada en el interior de la Elizabeth Tower del Palacio de Westminster y los fuegos artificiales que, con sincronización, por su puesto, británica, se disparan a lo largo y ancho de las islas.
También es muy numerosa la colonia noruega. La secretaria de Den Norske Klubben Costa Blanca, Reidun Tiegen, explica que «no tenemos uvas, pero sí tenemos el cava y lo habitual es que a las doce de la noche todos brindemos para desearnos un feliz nuevo año». Además, «todo el mundo dispara sus propios fuegos artificiales desde los jardines de sus casas», lugar donde suelen juntarse para cenar con amigos o familiares.
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También los alemanes tienen sus propias costumbres, como cuentan Kata Drewes y Bernd Goldschmidt, residentes ambos en l’Alfàs del Pi. «Allí es muy tradicional que cada uno lance sus propios fuegos artificiales para dar la bienvenida al nuevo año. Se parece mucho a las fallas de Valencia, pero dando prioridad a las luces y colores más que al ruido».
Menos numerosa, pero con raíces muy mediterráneas, es la colonia italiana. Gino Gambardella explica que en el país de la bota «solemos cenar con amigos. Normalmente, la Navidad es para la familia y la Nochevieja, para los amigos». Una cena que, de norte a sur, «se hace a base de pescado», pero que en zonas como de la que él proviene, en Nápoles, «se celebra también en la calle lanzando muchos fuegos artificiales».
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Con más presencia que nunca este año debido a las restricciones impuestas en sus respectivos países, muchos belgas y neerlandeses también estrenarán 2022 lejos de sus lugares de nacimiento.
En su caso, lo más habitual es que dediquen la Nochevieja a cenar con amigos o familiares en las casas, donde «antes de la medianoche se realiza una cuenta atrás y se brinda para dar entrada al nuevo año. Además, en las casas se lanzan fuegos artificiales».
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