nicolás van looy
Altea
Jueves, 30 de septiembre 2021
La creciente tensión que se ha ido acumulando durante los últimos días en Altea, a raíz de la decisión del equipo de gobierno local de eliminar los cerramientos de las terrazas de los establecimientos de restauración de su paseo marítimo, acabó por estallar ayer durante la celebración del pleno municipal, al que acudió una nutrida representación de los empresarios afectados para manifestar su disconformidad con la medida.
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Terminado el pleno, en cuyo orden del día no aparecía ningún punto relacionado con esta cuestión, los hosteleros presentes tuvieron ocasión de transmitir al alcalde, Jaume Llinares, y al resto de los concejales del equipo de gobierno, su situación, en muchos casos desesperada, sin que, como confirmó el propio primer edil a LAS PROVINCIAS, esté previsto que se vaya a dar marcha atrás en la decisión.
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Tras escuchar a los empresarios, Llinares aseguró a este medio que «no vamos a reconsiderar nuestra postura. Dar marcha atrás a los cerramientos no va a ser posible». El primer edil se escuda en que, además de a los hosteleros, «que son los que sufren estas consecuencias, también está el resto del pueblo. Son muchos los vecinos que, debido a la densidad de ocupación que en verano tenemos, tienen grandes problemas para acceder a sus viviendas o salir con sus hijos a la calle».
Los cerramientos con los que han funcionado estos negocios durante décadas nunca han sido legalizados por las distintas corporaciones municipales y es ahora, aprovechando la renovación integral del paseo marítimo, cuando se va a proceder a ello optando, en este caso, por la prohibición de su instalación una vez terminen las obras.
«Durante un tiempo ha habido dejadez las personas han ido adaptando sus negocios para sacarle la mayor rentabilidad posible. Eso lo entiendo, pero llega un momento en el que hay que regular esas situaciones que se han generado fuera de control. He utilizado la palabra ilegal porque es cierto: están sin licencia y, por lo tanto, fuera de ordenación», aseguró Llinares.
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«El modelo lo puede cambiar el próximo gobierno»
El alcalde de Altea mantiene su posición inamovible, aunque reconoce que las cosas podrían cambiar en el futuro. «El modelo lo puede cambiar el próximo gobierno, pero lo que se está proponiendo ahora no va por ahí».
A pesar de todo, Llinares se reunirá la próxima semana con una delegación de la Associació d’Hostalers per Altea (Hospal). Preguntado por cuál es el objetivo de ese cónclave, dado el carácter definitivo de su decisión, Llinares explicó a LAS PROVINCIAS que «podremos hablar de cuestiones que sean compartidas y que luego podamos elevar a la mesa de ocupación de la vía pública porque será esa mesa la que cierre el acuerdo y, en su caso, modifique las ordenanzas».
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