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Benidorm y otros destinos de la Costa Blanca confían en poder recuperar el flujo turístico británico. Visit Benidorm
Benidorm: Relajación medidas Reino Unido | Primera ola de optimismo en el turismo tras la relajación de medidas en Reino Unido

La Costa Blanca espera 50.000 visitas a la semana tras relajar las medidas en Inglaterra

Los turoperadores británicos han experimentado una explosión de reservas que, en algunos casos, crecen en un 200%

Nicolás Van Looy

Benidorm

Martes, 11 de enero 2022, 00:32

Nada parece ser capaz de frenar la actual ola de contagios que ha traído pareja la variante Ómicron del coronavirus, pero, tal y como pedía el sector turístico desde hacía mucho tiempo, algo está cambiando en el ámbito de las medidas restrictivas para la movilidad de las personas. Así, tras comprobar que la presión hospitalaria se mantiene dentro de unos márgenes razonables y cediendo ante la enorme presión realizada en aquel país por la industria del turismo, Reino Unido decidió rebajar las restricciones para el alto porcentaje de población vacunado con la pauta completa.

En la práctica, la decisión adoptada por el Ejecutivo de Boris Johnson implica que los británicos que quieran viajar al extranjero ya no tendrán que realizarse una PCR al regresar a su país ni, sobre todo, tendrán que guardar la hasta ahora preceptiva cuarentena de ocho días en sus domicilios, algo que suena casi a música celestial en el golpeadísimo sector turístico de la Costa Blanca, tan dependiente de los visitantes procedentes de las islas británicas.

Todos los actores implicados han recibido esta noticia con optimismo, pero, a la vez, mantienen la lógica cautela que recomienda la experiencia de muchos meses viendo como una relajación de medidas puede venir acompañada poco después, y sin un motivo muy evidente para el cambio de criterio, de un nuevo endurecimiento.

Buena muestra de que ese optimismo está justificado lo encontramos en los datos que han comenzado a circular a primera hora de este lunes. Los principales turoperadores británicos hablan de una explosión de reservas que, en algunos casos, rozan el 200% de crecimiento respecto a la semana inmediatamente anterior, cuando se trabajaba –como ha venido sucediendo buena parte del otoño-invierno– con cifras irrisorias.

En Benidorm se calcula que la medida adoptada en Reino Unido podría despertar de manera definitiva un invierno hasta ahora completamente dormido con la llegada de entre 45.000 y 50.000 turistas semanales a la Costa Blanca, algo que, según se vaya sustanciando, ayudará, en primera instancia, a frenar el goteo de cierres en los establecimientos hoteleros y, posteriormente, a revertir esa tendencia.

Se trataría, tal y como se explica desde la patronal hotelera Hosbec, no sólo de un cambio de tendencia en el volumen de negocio, sino, y sobre todo, de «un cambio de mentalidad» por parte del gobierno británico que, a su vez, esperan que también tenga su réplica en España y elimine la obligatoriedad de la presentación del pasaporte de vacunación a la entrada en el país para los niños y adolescentes hasta los 17 años.

Un año a medio gas que debe servir como trampolín para 2022

El espejismo del pasado verano, cuando Benidorm registró un lleno técnico con una ocupación superior al 80% durante el mes de agosto no sirvió para remontar los malos datos de un 2021 marcado por la suma de las distintas olas coronavíricas, especialmente las de entrada y salida del año.

Cabe recordar que la capital turística arrancó el año con sólo tres hoteles abiertos, lo que se tradujo en apenas 2.305 plazas disponibles en enero y febrero frente a las más de 35.000 que son habituales en esos meses, una situación que no se remontó hasta el mes de mayo, cuando se dio por finalizado el tercer y, hasta ahora, último estado de alarma en España.

Con todo, la ocupación media de Benidorm a lo largo de 2021 fue del 61,3% –frente al 84,2% de 2019, último año previo a la pandemia– dejándose así más de 20 puntos porcentuales por el camino.

Como se reconoce desde el sector, el peor momento en lo anímico llegó en el último mes y medio del año a causa de la irrupción de la variante Ómicron y la sexta ola en nuestro país. En ese momento, la campaña de Navidad estaba más que encarrilada y, aunque sin llegar a los guarismos previos a la crisis mundial provocada por el coronavirus, se confiaba en un final de año «relativamente normal».

Esa nueva realidad provocó un aluvión de cancelaciones que hundió la ocupación hotelera hasta 42,5% en el mes de diciembre, una cifra todavía más dolorsa si se tiene en cuenta que por entonces casi la mitad de la planta estaba cerrada.

El motivo es que, como sucede en nuestro país, la mayoría de los jóvenes británicos han recibido ya la primera dosis del suero, pero no ha pasado todavía el tiempo suficiente como para completar la pauta de, al menos, dos pinchazos, por lo que desde el sector turístico se insiste en que ese documento pueda ser sustituido, en esos casos, por una prueba PCR negativa.

Ahora, más incluso que en el corto plazo, los actores turísticos analizan los datos para comprobar que impacto puede tener la medida en lo que a las reservas para primavera y, sobre todo, verano se refiere. Hasta ahora, las perspectivas para la temporada alta estaban siendo «malas o muy malas», pero desde Hosbec se confía en que el cambio de criterio de Boris Johnson suponga «un punto de inflexión» de cara al estío.

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