Nicolás Van Looy
Altea
Jueves, 17 de febrero 2022, 16:12
El bienestar y la protección animal es una cuestión que se ha ido colando en las agendas de los gobiernos municipales a lo largo de los años y que, gracias a una cada vez mayor sensibilización social al respecto, ha provocado profundos cambios en la forma en la que la administración y la propia ciudadanía se aproximan a la relación entre humanos y animales.
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El Ayuntamiento de Altea, a través de la concejalía de Bienestar Animal, ha dado un nuevo paso en ese sentido y ha anunciado que por primera vez contará en su plantilla con una técnica veterinaria que se encargará de «realizar gestiones relacionadas con la sanidad municipal, y sobre todo, con el bienestar y la protección animal».
En opinión del concejal del área, José Luís León Gascón, «tener una técnica veterinaria en el Ayuntamiento hará que municipalmente nos profesionalicemos con las gestiones relacionadas con el bienestar, la protección y el respeto, además de gestionar las campañas dirigidas a nuestros animales».
León Gascón considera que la nueva figura «será de gran ayuda y aportará cercanía a la colaboración con las asociaciones y profesionales veterinarios de la localidad».
La nueva veterinaria municipal, Ana Ferrando, valora como algo muy positivo que el la Villa Blanca tenga «conciencia con los animales. Es una gran suerte para Altea que se mire por sus animales desde nuestra profesión».
Ferrando se encargará de procedimientos administrativos relacionados con la protección animal, como la gestión de certificados de abandono, la actuación en colonias felinas, el registro de animales abandonados o asesoramiento a los ciudadanos. También realizará campañas de educación y concienciación y la colaboración con asociaciones y profesionales veterinarios.
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Recién incorporada a sus nuevas funciones, Ferrando destaca, en conversación con LAS PROVINCIAS, que el que ahora inicia Altea «es un proyecto muy novedoso que hasta ahora sólo existían en las grandes capitales, donde existe una mayor sensibilidad hacia estas cuestiones porque la convivencia del animal en la familia está más presente que en zonas más rurales, donde el anima sigue estando en el campo y más apartado de la familia».
En ese mismo sentido, la veterinaria destaca que este tipo de iniciativas nacen como «respuesta de los ayuntamientos a las peticiones de la ciudadanía. Altea es uno de los municipios que, en la comarca de la Marina Baixa, más está apostando por la protección y el bienestar animal». Una circunstancia que, en su opinión, se produce gracias a la existencia de «muchas asociaciones animalistas que ayudan a que exista una mayor presión para que se produzca este cambio».
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Ana Ferrando se enfrenta ahora al reto de comenzar a construir la casa por sus cimientos y, como ella misma explica, «la mejor manera para comenzar es explicarle a la gente todo lo relacionado con los animales que conviven con nosotros. Sobre todo, los perros y gatos. Así, conseguiremos que la gente se dé cuenta de que somos muy parecidos y, de esta manera, empatizará más con los animales». Algo que, a través de la puerta de entrada que suponen las mascotas, «se extrapola después al resto de los animales».
El proyecto, que nace con vocación de tener un largo recorrido que deberá ir fijándose metas y cumpliendo objetivos cada vez más ambiciosos, afronta una serie de retos urgentes que la veterinaria al cargo del mismo explica que comenzarán por «el tema de los gatos, que es la cuestión por la que más quejas recibimos».
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Como explica Ana Ferrando, «se ha avanzado muchísimo, pero seguimos en las primeras fases de aplicación del proyecto CER [caputrar-esterilizar-retornar]. Durante los últimos años, los voluntarios han hecho un gran trabajo capturando muchísimos gatos. Además, el Ayuntamiento ha aumentado el presupuesto para este proyecto y eso ha permitido avanzar bastante».
Pese a ello, «los resultados sólo se ven a largo plazo y ahora estamos en un punto en el que hemos podido controlar diferentes zonas donde ya teníamos localizadas ciertas colonias, pero conforme vas trabajando, van a apareciendo más».
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Se trata, por lo tanto, de una nueva fase de trabajo que «realizaremos en conjunto con las asociaciones» y que permitirá que «este año contemos con una hoja de ruta muy clara para seguir avanzando y que, insisto, a largo plazo se vean unos resultados muy buenos».
El problema felino no es pequeño en la Villa Blanca. Tal y como reconoce Ana Ferrando a este medio, el censo de gatos callejeros en el municipio «es de cerca de 700 repartidos en 73 colonias que sabemos que hay», unos números a los que, como ella misma reconocía anteriormente, hay que ir sumando todos los ejemplares y colonias que se van descubriendo durante el trabajo de campo.
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«Lo que se está viendo es que en las urbanizaciones, especialmente en las que hay en la zona de la Sierra, es donde el problema está más acentuado porque es un ambiente más o menos rural en el que los gatos encuentran todos los recursos que necesitan», afirma Ferrando que adelanta que «si no se aborda esta cuestión y se los esteriliza para que no se sigan reproduciendo, el número seguirá yendo en aumento».
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