B.O.
Martes, 18 de octubre 2016, 00:45
La caza se ha convertido en los últimos años, en un problema para algunos vecinos de la Vall de Gallinera. Una opinión compartida por el equipo de gobierno local que ha denunciado que se están realizando batidas de caza mayor ilegales en la zona desde hace años.
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Según explicó el alcalde, Toni Pardo, «son constantes las quejas de vecinos y turistas que observan como muchos de estos cazadores cometen ilegalidades cuando practican esta modalidad de caza».
Al parecer, indicó, los cazadores no comunican ni cuando ni donde se realizan las batidas, una información que desde el consistorio creen que es necesaria para poder informar a los vecinos y turistas que puedan pasear por la zona. También existen quejas ante la falta de una correcta señalización de las zonas acotadas para la caza, «hecho que pone en peligro la seguridad de las personas, pues no saben por donde deben transitar», afirmó.
El primer edil remarcó además, que muchos practican la caza en zonas cercanas a los caminos habilitados para excursionistas. «Es habitual que los senderistas o grupos de amigos y familias con menores se topen con estos cazadores, o que los disparos se produzcan a escasos metros de estas sendas», explicó. Caminos que forman parte de conocidas rutas turísticas como la del Castell de Benissili o la de la Foradà, que, en ocasiones llegan a ser cortados por los propios cazadores, impidiendo el paso de los transeúntes.
Supuestamente, además de cortar el paso a vecinos y turistas, algunos cazadores practican las batidas fuera de los límites del coto privado de caza. Según Pardo, varios vecinos le han confirmado que, en ocasiones, los cazadores pasan por sus huertos, armados y acompañados de su rehala, mientras los dueños de las tierras o jornaleros están trabajando.
Este problema también afecta al tema económico, puesto que desde el consistorio de la Vall de Gallinera se afirma que los cazadores «no están pagando al municipio por el uso del coto». A pesar de ello, el alcalde aclaró que no es contrario a que se lleven a cabo las batidas, «siempre que estén dentro de toda legalidad».
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Por todo ello, el primer edil decidió informar de la situación al responsable de caza de la conselleria en la provincia de Alicante, Miguel Gomis, pero al parecer, «no se está haciendo nada al respecto».
Pardo recordó que el responsable provincial llegó a visitar la zona y le afirmó que detallaría los problemas en un informe, pero hasta la fecha no se ha redactado. Al comprobar que sus quejas dirigidas al responsable provincial de caza no resultaron efectivas, el Ayuntamiento decidió cambiar de estrategia y contactar directamente con la conselleria en Valencia. Así pues, el alcalde mantendrá estas semana una reunión en la capital del Turia para exponer el problema. «Esperamos que esta vez se tomen cartas en el asunto, pues esta situación puede terminar perjudicando al turismo rural que ofrecemos en la zona», incidió Pardo.
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Ante las denuncias de los vecinos y del consistorio, los miembros del la Asociación de Cazadores de la Vall de Gallinera esgrimieron que pagan la licencia anual a la Federación de Caza y que «siempre» comunican a la Conselleria cuando van a realizar una batida, «por lo que entendemos que el Seprona y el Ayuntamiento deben tener conocimiento de ello».
En cuanto a las quejas por intrusión en huertos privados, afirmaron que nadie les ha presentado una queja y respecto a los cortes de caminos, apuntaron que lo hacen «por la seguridad de los senderistas».
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