B. Ortolà
Martes, 21 de abril 2020, 00:35
A pocas semanas del inicio de la campaña de la cereza, los agricultores de la Vall de Gallinera han perdido prácticamente toda esperanza y la mayoría la dan «casi» por perdida. Y es que el dicho 'las malas noticias nunca llegan solas' define a la perfección lo que está pasando en esta zona del interior de la comarca.
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Al confinamiento decretado por el estado de alarma, se ha sumado el mal tiempo durante las últimas semanas, los días lluviosos han sido la tónica habitual por lo que los campos de cerezos se han visto afectados. "Estaban en plena floración, pues el cultivo se había adelantado al hacer calor en enero y febrero. Las repetidas lluvias no son positivas para la flor del cerezo, al estar tan húmedas, la mayoría terminan por pudrirse, por lo que la producción se verá muy mermada", explica Tere Alemany, responsable de Asaja en la Marina Alta.
Tampoco es muy positiva María Ángeles de las Heras, técnica de la Cooperativa Cerezas Montaña de Alicante en Alpatró. "Las lluvias han afectado mucho a la flor y se ve muy poca campaña, no creo que vaya a quedar bien. Cierto es que todavía falta ver un poco lo que son las variedades más tardías, pero podrían estar pero". De las Heras no se atreve a fijar el porcentaje de pérdidas aunque si remarca que hay "muy poca cosecha".
Al mal tiempo, "que en cierta medida estamos acostumbrados de otras campañas malas en las que la climatología tampoco ha acompañado", este año hay que sumar la grave crisis sanitaria.
Las responsable de Asaja augura que habrá personal suficiente para trabajar, "ya nos están bombardeando con llamadas de gente que quiere y necesita trabajar". Aunque las complicaciones llegarán a la hora de realizar las contrataciones, "habrá que comprobar si hay alguno que está en situación de Erte, hay que ser minuciosos".
Y aunque se llegue a solucionar ese problema, el sector tendrá que lidiar con otra dificultad. Explican tanto Alemany como De las Heras que será "complicado movilizar a la gente para que pueda recoger la cereza. Las actuales medidas impiden que puedan ir más de dos personas en un mismo vehículo, lo que complica el desplazamiento para la mayoría de personas que vienen a trabajar".
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Según Alemany, esta problemática ya se está viviendo en otras zonas del territorio valenciano donde se ya han empezado las campañas de otras frutas como la del níspero. En la Gallinera, todavía les quedan unas semanas para empezar a recoger las cerezas, "habrá que estar muy atento a cómo va evolucionando la crisis sanitaria".
Los problemas del sector con el coronavirus también trascienden a otros, como el turístico. En la Vall de Gallinera todos los años se realizan excursiones para disfrutar de los cerezos en flor. Una ocasión excelente que fomenta la economía local, pues los visitantes aprovechan para degustar la gastronomía, pues los restaurantes también adaptan sus cocinas para ofrecer este producto en sus menús. "Este año, con el confinamiento, está todo cerrado por lo que las pérdidas económicas para el sector de la restauración serán muy importantes".
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