El precio de la luz se deshincha con la nueva tarifa este sábado: las cuatro horas prohibitivas para enchufar electrodomésticos

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Pero qué frío hace y seguirá haciendo según parece. No veremos el sol hasta el martes, o eso dicen, y además nos suben la luz.

No sé si está pasando en todos los municipios, pero desde que obligaron a la hostelería a cerrar a las cinco de la tarde Dénia está más oscura. Más triste. A ver si mejora este fin de semana, después de que el Ayuntamiento haya decidido mantener un poco más las luces de Navidad, como hacemos en casi todas las casas.

Al pasar la mayor parte del confinamiento completamente recluidos apenas salíamos a la calle y, como se alargaban los días, no nos dimos cuenta de la oscuridad que reina cuando están apagadas las luces de los establecimientos del barrio. Pero corremos el riesgo de verlas calladas de forma definitiva si no somos capaces de cambiar.

¿De qué sirve tener reconocimientos internacionales en gastronomía si no apoyamos a los restaurantes? ¿De qué sirve hacer campañas y llenarnos la boca con el comercio local si luego no vamos a las tiendas o dificultan sobremanera el llegar a ellas?

Cuando todas esas luces se apaguen ¿el alumbrado público será capaz de calentarnos el corazón a media tarde de la forma en la que aún lo hacen los comercios y lo hacían los bares? Con los locales cerrados, las ciudades son grises.

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La noche en la que estamos sumidos parece no tener fin, pero se dice que el momento más oscuro es justo antes del amanecer. Quisiera tener la certeza de que es verdad, pero que el sol amanezca mañana es una hipótesis, y esto significa que no sabemos si amanecerá. Por mucho que exista la necesidad lógica.

Hoy he leído un titular en LAS PROVINCIAS: «La Covid se empieza a combatir en Calp con Esperanza». ¿No es hermoso?

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