B. O.
PEGO.
Jueves, 25 de octubre 2018, 23:54
Cabezas, patas, alas y vísceras de diferentes especies de ave (algunas de ellas protegidas), unas esparcidas a lo largo de 30 metros y otras dentro de una bolsa de plástico. Esta fue la escena con la que se toparon el miércoles varios miembros del grupo Acció Ecologista Agró en el camino de Tanques d'Estalons, del parque natural Marjal de Pego.
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Los restos encontrados pertenecían a animales como la polleta d'aigua (gallinula chloropus), el coll verd (anas platyrhynchos) o el gall de canyar (porphyrio porphyrio), ésta última, catalogada como especie protegida.
Ayer apuntaron sus sospechas hacia los cazadores, «posiblemente furtivos que apresaron a los animales la noche del martes aprovechando la luna llena». Una práctica, recordaron, «prohibida, puesto que tan sólo se autoriza la caza en la Marjal los fines de semana y festivos». Incidieron también en que no está «totalmente vetada» la caza de animales protegidos como es el caso del gall de canyar.
El portavoz de Agró, Joan Sala aseguró que es la primera vez que aparecen animales muertes en estas circunstancias. Sala apuntó que el grupo ecologista comunicó su hallazgo a la dirección del Parque Natural de la Marjal y solicitaron que «las autoridades competentes tomen medidas necesarias para evitar que vuelvan a producir este tipo de hechos, porque en el parque se han abatido especies protegidas en días no autorizados». Según explicaron, los técnicos de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ya disponen de los restos para realizar los correspondientes análisis. Con ello, explicó Sala «se comprobará si en los restos hay presencia de pólvora para intentar esclarecer qué les pasó a los animales y quién les dio caza».
Tras conocer los hallazgos, desde el ejecutivo de Pego lamentaron «este tipo de acciones». La concejal de Medio Ambiente, Laura Castellà explicó que el Seprona se encuentra investigando lo sucedido. La edil no descartó «ninguna posibilidad».
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Por su parte el edil de Agricultura Andreu Dominguis echó un capotazo a los cazadores locales, «aquí todos tienen conciencia de que este tipo de cosas no se pueden hacer. Además está prohibida la caza a la luz de la luna, por lo que si se trata de cazadores, deben ser furtivos».
El responsable de Agricultura también atisbó una «mala intención» en este suceso. Según Dominguis, «ningún cazador, y mucho menos de aquí dejaría los restos del animal esparcidos y menos en una bolsa de basura, me da la sensación de que hay segundas intenciones».
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