Un asfalto que no contamina en la Marina

«El objetivo final es acondicionar al máximo los viales públicos, reduciendo las interferencias que puedan haber, para recuperar la vida de pueblo en las calles». El Ayuntamiento de la Vall d'Alcalà, en el interior de la Marina Alta, ha puesto en marcha un proyecto para devolver el espacio público a los vecinos. Una iniciativa que pasa por la reconversión del núcleo urbano y en la que se está echando mano de los últimos avances tecnológicos. La punta de lanza de esta innovadora propuesta es el cambio del actual asfalto por otro que favorece la reducción del dióxido de carbono en la atmósfera.

Se trata de un pavimento que lleva en su cara superior un tipo de material que actúa como un catalizador, que en presencia de la luz solar y de la humedad ambiental, hace reaccionar las emisiones contaminantes del aire, transformándolas en sustancias inocuas para la salud de las personas.

Por el momento el pavimento con esta nueva tecnología se ha instalado tan solo en la calle la Torre d'Alcalà, uno de los principales viales de esta pequeña localidad de poco más de 160 habitantes. El proyecto contemplaba también la eliminación de escalones en las aceras y el refuerzo de la barandilla situada en la zona más elevada de la calle, «con la intención de facilitar la accesibilidad a los vecinos». Un conjunto de mejoras con un coste de 150.000 euros que ha financiado la Diputación de Alicante.

El diseño, los materiales y elementos que han acompañado la transformación de la calle la Torre, a excepción del asfalto, son los mismos que ya se utilizaron en una serie de reformas que se llevaron a cabo en las calles Mayor y Sant Josep, así como en la plaza del Ayuntamiento y de la Iglesia. «Se cambiaron las aceras, haciéndolas más amplias y transitables, también conseguimos cerrar el acceso de vehículos motorizados en la plaza. Todas estas modificaciones marcan una continuidad, un hilo que unifica los diversos espacios urbanos», remarcan desde el ejecutivo.

Y aunque por el momento el cambio de asfalto tan solo se limita a un vial, el alcalde del municipio, Pablo Martínez, aseguró que la idea del ejecutivo «es ir adecuando todo el núcleo urbano a largo plazo, lo haremos a medida que vayan saliendo ayudas económicas».

Martínez remarcó la importancia de «devolver la vida a la calle, creemos que es vital recuperar el pueblo y las calles para las personas, para la vida, para que puedan volver a cenar a la fresca, en las puertas de sus casas, tal y como se ha hecho siempre. Son costumbres que no se pueden perder».

Para hacerlo posible, indicó el munícipe, el ejecutivo también va a trabajar en liberar las calles de elementos que estorben para facilitar la vida fuera de casa y en comunidad. «Queremos convertir el núcleo en una zona de viandantes y hacer de la Vall d'Alcalà un municipio libre de coches, donde estos deberían dejarse en el perímetro urbano, en diversos aparcamientos habilitados expresamente. Con ello conseguimos liberar todo el espacio que ocupan para pasear y vivir sin humos ni ruidos de motor». Pero Martínez es consciente de que peatonal izar el centro urbano es una decisión que tendrá sus detractores, «es un cambio que requiere tiempo y mucha pedagogía. Estoy convencido que llegará porque supone ganar en salud, en calidad de vida, en estética. Y al final, la gente sabe apreciar estas cosas».

Los hay quien ya ven la parte positiva, algunos vecinos remarcan que la diferencia «es sustancial, había puntos de la calle en los que los vehículos estacionados hacían difícil el paso, ahora es un espacio mucho más limpio, una plaza donde poder sentarte en un banco y disfrutar de la tranquilidad que solo se consigue en los pueblos».