El comercio de la cereza en la Vall de Gallinera se pasa al 2.0.

La grave crisis causada por el coronavirus ha obligado a muchos negocios a agudizar el ingenio. Así ha sucedido en la Vall de Gallinera, donde el comercio de la cereza ha saltado a las redes. Algunos productores han decidido vender su producto a través de internet, pues la actual situación imposibilita la venta directa tal y como se ha hecho habitualmente en esta zona del interior de la Marina Alta.

Según explica Tere Alemany, responsable de Asaja en la Marina Alta, una de las ha dado el paso es la Cooperativa Montañas de Alicante, situada en Alpatró. «Es una forma de llegar al cliente y poder vender el poder vender el producto en esta situación tan difícil en la que nos encontramos», indica.

La cooperativa no es la primera en la Gallinera en adaptar este método de venta 2.0., Alicia Gregori empezó hace unos años. «Vendemos cajitas de dos quilos, que empaquetamos y enviamos por correo», explica Gregori, quién remarca que el envío se hace en 24 horas, «porque queremos que la fruta llegue lo más fresca posible al consumidor».

La andadura digital no les va nada mal, sus cerezas han llegado a todos los rincones de la península, «desde Cádiz a Galicia, y también a las Baleares». Incluso han recibido pedidos de hasta una docena de cajas.

El problema este año es la cantidad de producto del que disponen. La producción, explican tanto Gregori como Alemany, ha sido muy escasa, los días lluviosos de hace unas semanas han afectado bastante a los campos de cerezos. «Estaban en plena floración, pues el cultivo se había adelantado al hacer calor en enero y febrero. Las repetidas lluvias no son positivas para la flor del cerezo, al estar tan húmedas, la mayoría terminan por pudrirse, por lo que la producción se ha visto muy mermada». De hecho, los números han sido muy malos en la primera cosecha y la intermedia, y los agricultores de la zona auguran que «no será buena».