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Isabel Ferrando
Dénia
Martes, 4 de mayo 2021, 18:35
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Isabel Ferrando
Dénia
Martes, 4 de mayo 2021, 18:35
Veo las últimas noticias publicadas sobre el Pont del Quisi y me acuerdo de septiembre de 2019. En aquella ocasión, pueden buscar aquí arriba, en la hemeroteca, el plazo que nos dieron para la finalización de las obras del trenet, era que se abriría de nuevo a finales de 2021, lo que ya entonces suponía un retraso que, sospechábamos muchos, aún iría para más largo. Hoy nos dicen que con la construcción del nuevo puente, recién licitado, pues igual abrimos de nuevo la conexión del TRAM Dénia-Alicante para finales de 2023.
Es curioso como pasa el tiempo sin que pase nada. Y como se puede entender absolutamente todo sin entender absolutamente nada. En este caso, había una necesidad de salvar el Pont del Quisi por su valor histórico, y me parece bien. Pero el caso es que ya debía haberla habido cuando comenzó todo esto porque la historia, al Pont, no le sobrevino de repente.
Los tempos de las administraciones van del larghissimo, cuando se trata de actuar, hasta el allegro prestissimo con fuoco si lo que quieren hacer es sancionar o recaudar. Que entonces sí corren que se las pelan, vaya.
Quiero pensar que de verdad este es el último retraso en las obras del TRAM. Las intervenciones que se están haciendo sobre las vías en Dénia, pese a los atascos que provocan, pintan bien. La nueva rotonda que se acaba de abrir en la subida a Paidos es funcional y hasta bonita, y si de verdad quiere ponerse una segunda residencia de Tercera Edad junto a la Pedrera, la accesibilidad está bien garantizada por la proximidad de los apeaderos.
Si el resto de la obras del TRAM son así, aunque lentas, dará gusto verlas una vez finalizadas. El verdadero problema es que las obras se hagan mal, porque eso obliga a hacerlas dos o tres veces y gastar más dinero público en ellas de lo inicialmente previsto. Dinero que entregamos los contribuyentes a través de los impuestos que con tanta avidez nos cobran. Dinero que se invierte en proyectos que deberían mejorar la vida de los ciudadanos y se malgasta cuando estas obras se hacen mal o empeoran lo anterior.
Las que no están ni se les esperan de momento son las del tren de vía ancha Dénia-Gandia. Y es una lástima, porque luego bien que se nos llena la boca con palabras del tipo sostenibilidad, transporte público, stop contaminación, etc. Pues nos van a dar los 50 años en retrasos.
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