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R. González
Dénia
Lunes, 23 de marzo 2020, 22:53
La agricultura es un sector básico en estos momentos de crisis sanitaria para abastecer de alimentos a la población. Pero no se salva de algunas de las restricciones de movimiento establecidas por el estado de alarma. Hasta ahora, muchas de las cuadrillas que acudían a recoger la naranja iban hasta los huertos en furgonetas. Eso ya no es posible y algunas empresas citrícolas han optado por alquilar autobuses o microbuses para poder desplazar a los trabajadores.
Salvador Pérez Bolufer, representante de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) en Ondara, destaca que ese es el principal trastorno que le está causando el coronavirus al sector. Según señala, no se puede recurrir a la fórmula tradicional de transporte porque los ocupantes no pueden mantener las distancias mínimas exigidas. Esta nueva situación ha llevado a las empresas a recurrir a esta alternativa. Principalmente, comenta Pérez, porque un número importante de los integrantes de las cuadrillas son inmigrantes sin carné de conducir o sin coche.
En el caso de los trabajadores de la comarca, suelen ir en sus vehículos particulares y aparcan como pueden cerca de los terrenos donde van a trabajar, añade.
El representante de AVA desconoce cómo va a repercutir en el precio de la naranja el coste extra que esa medida supone. Ignora si será el agricultor el perjudicado o si se traducirá en un aumento de lo que pagarán los consumidores. Aunque teme que las empresas citrícolas se decanten por la primera opción.
Otra repercusión de la crisis sanitaria es la "inseguridad" de algunas personas mayores que tienen bancales. Según indica, no tienen muy claro si pueden ir a cuidar sus tierras y recoger sus pequeñas cosechas.
Lo que sí está afectando a los agricultores es la climatología de estos días. Si bien la lluvia ayuda a que la gente se quede en casa durante el confinamiento, no resulta tan beneficiosa para la recogida de la cosecha de la naranja, apunta Salvador Pérez.
En ese sentido, comenta que la campaña había comenzado bien en sus inicios. Los precios eran mejores que la anterior temporada, aunque no había demasiado producción. Luego llegó el temporal 'Gloria' y se perdió parte de la fruta que estaba en los árboles. En algunos casos, la cifra llegó al 20%, recalca. "Y ahora que la naranja se había arreglado y parecía que se había animado un poco vuelven las lluvias", lamenta.
Al respecto, el representante de los agricultores comenta que este tiempo está obligando a los trabajadores a quedarse en casa y que, cuando mejore, volverá a recoger los cítricos. No obstante, la lluvia no es lo peor de todo, matiza, sino el exceso de humedad durante tantos días seguidos y los que puedan quedar por delante, especialmente en este momento cuando hay tanta floración. Eso puede propiciar que haya más hongos. "Lo que nos está salvando en estas circunstancias es que la temperatura es baja", destaca.
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